Euskadi reclama corresponsabilidad y un plan de contingencia para la acogida de menores migrantes

La migración de menores no acompañados es un fenómeno complejo que requiere una respuesta coordinada y estructural por parte de las administraciones públicas. Este asunto ha cobrado especial relevancia en los últimos años, debido al aumento de flujos migratorios hacia Europa y la necesidad de garantizar la protección de los derechos de los menores que llegan sin el respaldo de sus familias. La situación plantea numerosos desafíos tanto a nivel legal como social, y exige una colaboración estrecha entre diferentes niveles de gobierno y entidades especializadas en la atención a la infancia.

En este contexto, las autoridades vascas han alzado la voz para reclamar un enfoque más integral y coordinado en la gestión de este fenómeno. La consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco, Nerea Melgosa, ha señalado la necesidad de implementar un plan de contingencia estructural que aborde la situación de manera sistemática y no como una crisis puntual. Esta postura refleja la preocupación por garantizar una atención adecuada a los menores migrantes, respetando sus derechos fundamentales y proporcionándoles las herramientas necesarias para su integración en la sociedad de acogida.

La migración de menores: Un desafío estructural que requiere planificación

El fenómeno migratorio, especialmente en lo que respecta a los menores no acompañados, se ha consolidado como una realidad estructural en nuestra sociedad. Esta situación exige una respuesta coordinada y a largo plazo por parte de todas las administraciones implicadas. La consejera Nerea Melgosa ha enfatizado la importancia de desarrollar un plan de contingencia que vaya más allá de las soluciones temporales y aborde el problema de raíz.

Este plan de contingencia, según ha detallado Melgosa, debe basarse en una planificación exhaustiva que contemple diversos escenarios posibles. Es fundamental establecer indicadores claros que permitan evaluar la eficacia de las actuaciones desarrolladas, así como una memoria económica que garantice la viabilidad de las medidas propuestas. Solo a través de un enfoque integral y bien estructurado se podrá dar una respuesta adecuada a las necesidades de estos menores vulnerables.

La postura del Gobierno Vasco y de las tres diputaciones forales es unánime en este sentido. Estas instituciones, competentes en materia de protección a la infancia en Euskadi, abogan por una corresponsabilidad de todas las partes implicadas, incluyendo al Gobierno de España, que tiene la competencia exclusiva en la gestión de crisis humanitarias. Esta visión compartida busca garantizar una atención digna y respetuosa con los derechos humanos de los menores migrantes.

La importancia de la corresponsabilidad en la acogida de menores migrantes

La acogida de menores migrantes no acompañados es una responsabilidad que debe ser compartida por todas las administraciones públicas. El Gobierno Vasco y las diputaciones forales han hecho un llamamiento a la corresponsabilidad, subrayando la necesidad de que todas las partes implicadas, incluido el Gobierno central, asuman su papel en la gestión de esta situación.

La falta de una respuesta coordinada y estructural ha llevado a Melgosa a proponer un cambio de enfoque, pasando de considerar la situación como «voluntaria» a definirla como estructural. Este cambio de perspectiva permitiría articular una respuesta más adecuada y adaptada a las necesidades reales de los menores migrantes, garantizando así una atención integral y respetuosa con sus derechos fundamentales.

Es crucial recordar que Euskadi acoge a los menores de edad siempre desde la perspectiva de los derechos humanos y la dignidad. Esta aproximación ética y humanitaria debe ser la base de cualquier política de acogida, independientemente de las circunstancias o el origen de los menores. La protección de la infancia debe ser una prioridad absoluta en cualquier sociedad que se considere justa y solidaria.

Hacia un modelo de gestión eficaz y respetuoso con los derechos humanos

La consejera Melgosa ha alertado sobre los problemas que surgen de la falta de planificación y acuerdo en la gestión de la acogida de menores migrantes. La ausencia de reglas de juego claras y de una debida lealtad entre administraciones dificulta enormemente la implementación de soluciones efectivas y sostenibles.

Para superar estos obstáculos, es fundamental establecer un marco de colaboración sólido entre todas las partes implicadas. Esto implica no solo a las administraciones públicas de diferentes niveles, sino también a organizaciones de la sociedad civil y entidades especializadas en la atención a la infancia y la migración. Solo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado se podrá dar una respuesta adecuada a las necesidades de estos menores vulnerables.

La participación de representantes de diferentes instituciones vascas en la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia demuestra el compromiso de Euskadi con la búsqueda de soluciones consensuadas y eficaces. La presencia de la viceconsejera de Políticas Sociales, la directora de Familias e Infancia, el director de Migración y Asilo, así como representantes de las diputaciones forales, refleja la voluntad de abordar esta cuestión desde una perspectiva multidisciplinar y colaborativa.

En conclusión, el desafío que plantea la acogida de menores migrantes no acompañados requiere de un enfoque integral, basado en la planificación, la corresponsabilidad y el respeto a los derechos humanos. Es imperativo que todas las administraciones implicadas trabajen de manera coordinada para desarrollar un modelo de gestión eficaz y sostenible, que garantice la protección y el bienestar de estos menores vulnerables. Solo así podremos construir una sociedad más justa e inclusiva, capaz de responder adecuadamente a los retos migratorios del siglo XXI.