No ha transcurrido siquiera un mes desde que concluyeron las elecciones generales y hay quien mira ya a la siguiente convocatoria. Albert Rivera ha trazado un minucioso plan en la campaña electoral para intentar erigirse como el próximo presidente del gobierno dentro de cuatro años. El líder de Ciudadanos ha virado a la derecha con el único propósito de sorpasar al PP. Sólo le queda refrendarlo el 26M y esperar el desgaste de Pedro Sánchez con los independentistas.
GANAR AL PP
No hace tanto tiempo Rivera le tendió la mano a Sánchez. Y después a Rajoy. Ciudadanos mostró en sus inicios su intención de llegar a acuerdos para formar parte del gobierno e imponer, en cierta medida, sus propuestas. Entonces, el líder de la formación naranja situaba a su partido en el centro político. Ahora, en cambio, su compromiso es evitar el triunfo del PSOE con un pacto abierto con el PP y, quien sabe, Vox. De ahí que le tendiera la mano a Casado, y que esté dispuesto a una alianza en Madrid para evitar un gobierno de izquierdas 24 años después.
Pero la campaña electoral no la trazó con ese objetivo, sino con el de derrocar al PP. Ni el propio Casado lo esperaba cuando recibió los ataques de Rivera en el debate con millones de personas frente al televisor. El líder de Ciudadanos es consciente de que hay más partidos, pero los bloques están claramente determinados. Y para llegar algún día a gobernar, tiene que liderar su espectro político. Y eso es precisamente lo que ha buscado, ayudado por la irrupción de Vox, que ha terminado por apuntillar al PP con el peor resultado de su historia.
Ciudadanos se quedó a nueve escaños del PP, tras experimentar un fuerte crecimiento. Rivera ya habla de liderar la oposición y sabe que sus opciones de futuro dependen, en gran parte, del resultado de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de este 26 de mayo. Superar al PP en Madrid sería el primer paso para que Ciudadanos se erigiera como el partido líder de la derecha y, por ende, como la alternativa a Sánchez en cuatro años si el PSOE se desgasta en exceso.
EL PSOE, CON LOS INDEPENDENTISTAS
Ese es el otro objetivo de Ciudadanos. Cuando apoyó a Rajoy pidió al PSOE que se abstuviera y, sin embargo, ahora descarta adoptar él esa postura constitucionalista. Mientras Sánchez se abría a hablar con todos los partidos a pesar del “con Rivera no” de sus militantes, el líder de la formación naranja ya presumía de liderar la oposición, a pesar de ser la tercera fuerza más votada.
El “no” de Coalición Canaria deja al PSOE en una posición compleja. Necesitaría, sí o sí, al menos la abstención de ERC para lograr la mayoría. Y tras el desencuentro por la suspensión de los presos investigados por el proceso independentista de Cataluña, no será fácil. El objetivo de Ciudadanos es esperar el desgaste de Sánchez en una legislatura complicada y confiar en que sus lectores vean en Ciudadanos el voto útil de la alternativa, como ya dice ser en los panfletos que ha enviado para los próximos comicios. Rivera ha mostrado en esta campaña que mira al futuro.