Rull, Mas, Elena, exconsellers y familiares asisten al funeral de Marta Ferrusola

La capital catalana fue testigo de un emotivo acto de despedida para Marta Ferrusola, esposa del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol. El Tanatorio de Sant Gervasi se convirtió en el escenario de una ceremonia que reunió a cerca de 500 personas, entre familiares, amigos y figuras destacadas de la política catalana. Este evento marcó el final de una era para una de las familias más influyentes en la historia reciente de Cataluña.

La señora Ferrusola, quien falleció a los 89 años tras una larga batalla contra el alzheimer y complicaciones por neumonía, dejó una huella indeleble en la sociedad catalana. Su partida no solo representa una pérdida personal para la familia Pujol, sino también el cierre de un capítulo significativo en la política y la vida pública de la región. La asistencia masiva al funeral refleja el impacto que tanto ella como su esposo tuvieron en Cataluña durante décadas.

Una ceremonia que reunió a la élite política catalana

La ceremonia fúnebre se caracterizó por la presencia de figuras prominentes del panorama político catalán. El presidente del Parlament, Josep Rull, encabezó la lista de autoridades presentes, demostrando el respeto institucional hacia la familia Pujol. La asistencia del expresidente de la Generalitat Artur Mas subrayó la continuidad y el legado político que Jordi Pujol y su esposa dejaron en Cataluña.

El conseller de Interior de la Generalitat en funciones, Joan Ignasi Elena, junto con varios exconsellers, también se hicieron presentes, evidenciando el alcance de la influencia de la familia Pujol en diferentes administraciones a lo largo de los años. Esta congregación de líderes políticos actuales y pasados no solo rindió homenaje a Marta Ferrusola, sino que también sirvió como un recordatorio de la compleja trama de relaciones y alianzas que han moldeado la política catalana.

La presencia de la familia fue, naturalmente, central en el evento. Jordi Pujol, acompañado por sus siete hijos, llegó discretamente al tanatorio, entrando por el estacionamiento para evitar la atención mediática. Este gesto refleja la intimidad familiar que buscaron mantener en un momento tan doloroso, a pesar de su prominencia pública.

Un abanico diverso de personalidades rinde homenaje

La ceremonia no se limitó a figuras políticas directamente asociadas con la familia Pujol o su partido. La diversidad de asistentes demostró el amplio respeto que Marta Ferrusola había ganado a lo largo de los años. Representantes de diferentes partidos políticos, como el líder de Demòcrates, Toni Castellà, y el expresidente del PDeCat David Bonvehí, acudieron para mostrar sus respetos, trascendiendo las líneas partidistas.

El mundo del deporte también estuvo representado con la presencia de Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, subrayando la conexión entre la familia Pujol y las instituciones emblemáticas de Cataluña. Esta diversidad de asistentes refleja el alcance de la influencia de Marta Ferrusola más allá de la esfera política, extendiéndose a diversos ámbitos de la sociedad catalana.

Figuras del mundo empresarial, como el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, también se hicieron presentes, destacando la intersección entre política y economía que caracterizó la era Pujol. La asistencia de estas personalidades subraya el papel que la familia Pujol jugó en el desarrollo económico y social de Cataluña durante décadas.

El legado de Marta Ferrusola en la memoria colectiva

Marta Ferrusola, conocida popularmente como «la matriarca», dejó una marca indeleble en la sociedad catalana. Su papel, aunque a menudo en la sombra de su esposo, fue fundamental en la construcción de la imagen y la influencia política de la familia Pujol. Su fortaleza y dedicación a la familia y a Cataluña la convirtieron en una figura respetada y, en ocasiones, controversial.

La enfermedad de Alzheimer que padeció en sus últimos años añadió una capa de tragedia personal a una figura pública que había sido sinónimo de fortaleza. Su lucha contra esta enfermedad, iniciada en 2018, coincidió con un período turbulento para la familia Pujol, enfrentada a investigaciones judiciales y al escrutinio público. Esta confluencia de circunstancias personales y públicas hizo que los últimos años de Ferrusola estuvieran marcados por la complejidad y el desafío.

La ceremonia en el Tanatorio de Sant Gervasi no solo fue un adiós a Marta Ferrusola, sino también una reflexión sobre una era política en Cataluña. Su fallecimiento marca el final de una época y plantea interrogantes sobre el futuro del legado Pujol en la política catalana. La asistencia masiva al funeral, con representantes de diferentes generaciones y corrientes políticas, es testimonio del impacto duradero que Marta Ferrusola y su familia han tenido en la historia reciente de Cataluña.