Los transportes inicia liberalización de servicios ferroviarios públicos y CNMC lo respalda

La liberalización del transporte ferroviario de viajeros en España marca un hito significativo en la evolución del sector del transporte público. Después de años de monopolio estatal, el mercado se abre finalmente a la competencia, siguiendo el ejemplo de otros países europeos como Alemania y Francia. Esta medida, largamente esperada, promete traer consigo una serie de beneficios para los usuarios, incluyendo una potencial mejora en la calidad del servicio y una posible reducción de tarifas.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha acogido con entusiasmo la aprobación de la Orden ministerial que dará luz verde a este proceso. Hasta ahora, la totalidad de los servicios públicos ferroviarios en España se prestaban a través de un contrato adjudicado a Renfe Viajeros sin licitación previa. Esta situación contrastaba notablemente con la tendencia europea hacia una mayor apertura del mercado. La liberalización no solo promete fomentar la innovación y la eficiencia en el sector, sino que también se alinea con las directrices de la Unión Europea en materia de competencia y libre mercado.

El camino hacia la liberalización del transporte ferroviario

El proceso de liberalización del transporte ferroviario de viajeros en España se inicia con un paso modesto pero significativo. El contrato firmado entre el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y Renfe Viajeros establece la licitación competitiva de al menos un 3% del valor del contrato. Esta primera fase está programada para que los servicios adjudicados comiencen a operar a partir del 1 de enero de 2026, lo que proporciona un margen de tiempo considerable para la preparación y adaptación de todos los actores involucrados.

La CNMC ve en esta primera licitación una oportunidad valiosa para evaluar el interés real de las empresas ferroviarias en la prestación de servicios públicos. Además, este proceso inicial servirá como un aprendizaje crucial en el diseño de futuras licitaciones. Es importante tener en cuenta que estos procesos son inherentemente complejos y requieren una planificación meticulosa para garantizar su éxito.

El organismo regulador enfatiza la importancia de un enfoque gradual en la liberalización. Una apertura demasiado rápida o amplia del mercado podría poner en riesgo el éxito del proceso en su conjunto. Por ello, la CNMC aboga por una liberalización progresiva que permita a todos los actores adaptarse a las nuevas condiciones del mercado de manera ordenada y sostenible.

Recomendaciones de la CNMC para una liberalización exitosa

La CNMC, en su papel de organismo regulador, ha emitido una serie de recomendaciones para asegurar el éxito de la liberalización del transporte ferroviario. Una de las sugerencias más destacadas es la publicación, a la mayor brevedad posible, de un calendario detallado que proporcione transparencia al sector sobre el ritmo de la liberalización. Esta medida permitiría a las empresas interesadas planificar sus estrategias y recursos de manera más efectiva.

Aunque el proyecto de Orden regula específicamente la licitación competitiva de los servicios públicos bajo la competencia de la Administración General del Estado, la CNMC señala que el Reglamento 1370/2007 de la Unión Europea, que establece la licitación obligatoria de los servicios públicos salvo excepciones tasadas, también es aplicable a las autoridades autonómicas. En este sentido, el organismo regulador subraya la necesidad de adoptar medidas que garanticen que la licitación se convierta en la norma general, evitando las adjudicaciones directas.

La CNMC insiste en la importancia de mantener condiciones homogéneas y competitivas en todos los procesos de licitación, independientemente de la autoridad que los lleve a cabo. Esta uniformidad es crucial para crear un mercado justo y atractivo para los potenciales operadores, fomentando así una competencia real y beneficiosa para los usuarios finales del servicio de transporte ferroviario.

El papel de la CNMC en el nuevo escenario del transporte ferroviario

En el contexto de la liberalización del transporte ferroviario, la CNMC asume un papel fundamental como garante de la competencia justa y la transparencia en el sector. Una de sus funciones más relevantes será la de evaluar las decisiones de las administraciones cuando estas pretendan adjudicar de forma directa la prestación de un servicio público. En estos casos, la CNMC será la encargada de determinar si dicha decisión está justificada de acuerdo con las Directrices establecidas por la Comisión Europea.

Esta función de supervisión es crucial para evitar posibles abusos o favoritismos en la adjudicación de servicios, asegurando que cualquier excepción a la regla general de licitación esté debidamente fundamentada y sea conforme a la normativa europea. De esta manera, se busca mantener un equilibrio entre la flexibilidad necesaria en ciertas situaciones y el principio general de competencia abierta en el mercado.

Además de su papel evaluador, la CNMC ha recomendado que se sometan a su consulta los pliegos de los concursos públicos. Esta medida busca garantizar que estos documentos contengan toda la información necesaria para que las empresas participantes puedan presentar sus ofertas en igualdad de condiciones. Un aspecto clave de esta revisión será asegurar que los pliegos estén diseñados de manera que neutralicen la ventaja competitiva que podría tener el operador establecido, en este caso Renfe Viajeros, debido a su larga experiencia y posición dominante en el mercado español.

La liberalización del transporte ferroviario de viajeros en España representa un cambio paradigmático en el sector. Si bien el proceso se inicia con pasos cautelosos, tiene el potencial de transformar significativamente la calidad y eficiencia del servicio ferroviario en el país. El éxito de esta iniciativa dependerá en gran medida de la colaboración entre todos los actores involucrados: las autoridades reguladoras, las empresas ferroviarias y, por supuesto, los usuarios del servicio. Con una implementación cuidadosa y una supervisión adecuada, esta liberalización podría marcar el inicio de una nueva era en el transporte público español, más competitiva, innovadora y orientada al usuario.