Un basural puede convertirse en un verdadero paraíso y ser disfrutado por miles de turistas. Este sitio desconocido es único en el mundo por haber sido un basural anteriormente, pero que se convirtió en uno de los atractivos del Pacífico Norte y para los visitantes de Rusia que la escogen en cualquier momento del año por sus espectaculares paisajes.
Este increíble lugar es también conocido como la playa de cristal y está ubicada en la Bahía de Ussuri cerca de Vladivostok en el Pacífico Norte. Se considera una basural porque durante muchos años fue utilizado como un espacio donde se arrojaban botellas de vidrio que los marineros y locales dejaban ahí, en los que también se encontraban residuos de una fábrica de porcelana cercana a ese espacio.
Cómo es el basural «mágico» que hoy es un paraíso
Este lugar se convirtió en mágico por una razón y es que parece una playa con auténtica arena de cristal, con piedras preciosas de colores. Este efecto tiene una explicación y es que todos los pedazos de vidrio que se tiraron allí durante tantos años se fueron puliendo gracias a la erosión y se convirtieron en pequeñas piedras coloridas, dando un efecto de arcoíris con el efecto del sol sobre ellas.
A pesar de estar repleta de desechos y residuos de años de uso y contaminación, los especialistas insisten en que este sitio no es tóxico para quienes eligen visitarlo. «El vidrio está hecho principalmente de sílice, que es una sustancia natural», reveló Franziska Trautmann de Glass Half Full, una empresa recicladora de Estados Unidos, en diálogo con la BBC.
Los detalles atractivos del basural
Este lugar fue considerado un verdadero milagro de la naturaleza, debido a que los tóxicos que puede producir un basural no generan ningún efecto negativo para quienes quieran conocerla y quedarse en ella disfrutando de su vista. Este sitio es famoso por los turistas que eligen visitarla tanto en verano, como en invierno, donde sus colores contrastan con la nieve.
Las autoridades de Rusia declararon esta playa como una zona protegida para preservarla, aunque la formación de este espacio no haya sido natural, sino que responde a la intervención del hombre. Esta bahía mantiene un particular encanto debido a que su paisaje choca con los acantilados del accidente geográfico, dando un espectacular show para los curiosos y visitantes, que quieren alejarse del bullicio de la cercana ciudad de Vladivostok, a tan sólo 30 minutos en coche.
