Clavijo pide ayuda al Estado y Europa, afirmando que Canarias «no puede aguantar más» la acogida de menores

El fenómeno migratorio en Canarias ha alcanzado un punto crítico, especialmente en lo que respecta a la acogida de menores no acompañados. El archipiélago se enfrenta a un desafío sin precedentes, con más de 5.500 niños y niñas bajo su tutela, una cifra que sobrepasa con creces la capacidad de las islas para proporcionar una atención adecuada y digna. Esta situación ha llevado al Gobierno de Canarias, encabezado por Fernando Clavijo, a alzar la voz y exigir una respuesta urgente y coordinada tanto a nivel nacional como europeo.

La crisis migratoria en Canarias no es un fenómeno aislado, sino el reflejo de una problemática global mucho más compleja. Factores como las hambrunas, el cambio climático, los conflictos bélicos y la inestabilidad política en el continente africano, especialmente en la región de El Sahel, han convertido a las islas en la puerta de entrada a Europa para miles de personas que buscan un futuro mejor. Esta realidad pone de manifiesto la necesidad de un enfoque integral que aborde no solo las consecuencias inmediatas de la migración, sino también sus causas profundas, requiriendo una colaboración estrecha entre España, la Unión Europea y los países de origen.

La insostenible situación de Canarias ante la crisis migratoria

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha sido contundente en su mensaje: la comunidad autónoma ha llegado al límite de su capacidad para acoger y atender dignamente a los menores migrantes que llegan a sus costas. Esta situación no solo pone en riesgo el bienestar de los menores, sino que también ejerce una presión insostenible sobre los recursos y servicios sociales de las islas.

La crisis migratoria ha puesto de manifiesto la falta de un mecanismo eficaz de distribución de responsabilidades entre las diferentes comunidades autónomas españolas. Canarias se ha visto obligada a asumir en solitario la acogida de miles de menores, una tarea que, por su magnitud y complejidad, requiere de una respuesta coordinada a nivel nacional.

El llamamiento de Clavijo no se limita a pedir ayuda inmediata, sino que también busca una solución a largo plazo. La modificación de la Ley de Extranjería para establecer la acogida obligatoria de menores migrantes entre las distintas comunidades autónomas se presenta como una medida necesaria para distribuir equitativamente esta responsabilidad y garantizar una atención adecuada a los menores.

La respuesta unificada de Canarias frente al desafío migratorio

Ante la gravedad de la situación, Canarias ha logrado algo excepcional: unir a prácticamente todas las fuerzas políticas, instituciones y entidades del tercer sector en un frente común. Este consenso, que excluye únicamente a Vox, demuestra la urgencia y la importancia que se otorga a esta crisis humanitaria en el archipiélago.

La unidad política alcanzada en Canarias envía un mensaje claro tanto al Gobierno central como a la Unión Europea: la situación requiere una acción inmediata y coordinada. Esta coalición de fuerzas busca no solo aliviar la presión sobre los recursos de las islas, sino también garantizar un trato humano y digno a los menores migrantes.

El presidente Clavijo ha enfatizado que este no es un problema político o territorial, sino un drama humanitario que requiere una respuesta solidaria. La unión de las diferentes fuerzas políticas y sociales de Canarias demuestra un compromiso firme con los valores de solidaridad y respeto a los derechos humanos, poniendo el bienestar de los menores por encima de cualquier consideración partidista.

El papel de Europa y España en la resolución de la crisis migratoria

La crisis migratoria en Canarias ha puesto de manifiesto la necesidad de una respuesta más comprometida por parte de la Unión Europea y del Gobierno español. Clavijo ha señalado que Europa «lleva mucho tiempo mirando para otro lado» en lo que respecta al continente africano, evidenciando una falta de políticas efectivas de migración y cooperación al desarrollo.

La situación en El Sahel, descrita por Clavijo como un «auténtico polvorín», requiere una atención urgente. La existencia de un campamento de refugiados con cerca de 300.000 personas en las afueras de Mauritania es un claro indicador de la magnitud del problema y de la presión migratoria que se cierne sobre Europa, y particularmente sobre Canarias.

El llamamiento de Canarias va más allá de la solicitud de ayuda inmediata. Se trata de un reclamo para que tanto España como la Unión Europea asuman su responsabilidad en la gestión de los flujos migratorios y en el desarrollo de políticas de cooperación efectivas con los países de origen. Solo a través de un enfoque integral que aborde las causas profundas de la migración se podrá encontrar una solución duradera a esta crisis humanitaria.