La cárcel de Botafuegos en Algeciras acumula 35 fallecidos en algo menos de seis años. El dato lo ha recogido el sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP en una nota en la que denuncian la problemática de la Sanidad Penitenciaria en prisiones y «en particular, en la cárcel de Botafuegos», señalan. En esta ocasión el fallecido fue encontrado en su celda por los funcionarios el pasado 7 de julio, cuando «observan como un interno permanece en el interior de la celda y tiene los cordones de las zapatillas anudados al cuello. A pesar de activar el protocolo de suicidio, e intentar volverlo a la vida, ya nada se puede hacer por él», han explicado.
Se trata de un interno de nacionalidad española, de 33 años de edad, que había ingresado en el establecimiento penitenciario de Algeciras hacía nueve meses, con buena conducta, pero diagnosticado con un problema mental «e incurso en programa PAIEM (Programa de atención integral a la enfermedad mental). No había indicios razonables que hicieran presagiar que el interno tomara una decisión meditada y tan drástica», señalan desde ACAIP Algeciras.
Y añaden que «desde el Sindicato ACAIP no entendemos como a pesar de una cifra tan elevada de patologías mentales graves que sufre una parte muy importante de los presos y de lo que dan fe, tanto el Ministro del Interior como el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, que aún no esté contemplada la figura del psiquiatra en la Relación de puestos de Trabajo de
cada prisión española, ni tampoco entendemos como ninguno de ellos hagan nada por remediarlo».
OTRO SUICIDIO EN JUNIO
A finales de junio hubo otro suicidio en la cárcel de Botafuegos. Cuando los funcionarios procedían al recuento habitual de la población reclusa encontraron al fallecido en una de las celdas donde se había quitado la vida por ahorcamiento. Aunque se estableció el protocolo de intervención y acudieron los servicios médicos y el Jefe del Servicio, nada se pudo hacer para que el suicidio hubiese quedado en una tentativa más.
«En la misma coctelera vertemos ingredientes como, la falta de Recursos Humanos, masificación de reclusos, una deficiente atención sanitaria, presos con patologías mentales y toxicomanías no tratadas adecuadamente, basta con agitarlo un poco para que se generen amenazas, insultos, agresiones, coacciones, sobredosis, tentativas de suicidio, suicidios… poniendo en peligro la salud, la integridad física e incluso la vida de todos los que trabajan o viven dentro de un Establecimiento Penitenciario, ese es el día a día del colectivo penitenciario», resumen los funcionarios.