Una polémica pero efectiva medida llevó adelante la Unión Europea (UE) que generó desconcierto entre los usuarios. Se trata de la polémica regla que rige en todo el continente en el que se pide que todas las botellas de plástico, de hasta tres litros, posean un sistema que mantenga unido el tapón.
Esta medida generó sorpresa en los usuarios, no por su implementación, sino por el objetivo de la misma. Muchos no le encontraron sentido a esta medida que, no hace más que generar incomodidad, a la hora de beber de una botella por su pico vertedor. Sin embargo, esta implementación tiene un sentido práctico y es contribuir a reducir los efectos del cambio climático.
Cuál es la finalidad de la polémica medida de la UE
Cuando de cambio climático se trata los pequeños actos pueden implicar grandes cambios y esto pretende la UE con la medida que empezó a implementarse el pasado miércoles 3 de julio. La ley tiene un objetivo claro que es evitar que los tapones de las botellas plásticas queden dispersos en cualquier lado. De esta manera, se evita una de las mayores fuentes de contaminación en las costas y playas y, además, hacer estos materiales más fáciles para su reciclaje.
Desde el Instituto Tecnológico del Plástico (ITP) explicaron que esta polémica medida es rigurosa para todos los que comercialicen botellas de plástico. “La comercialización sólo debe autorizarse si el diseño de estos envases cumple unos requisitos específicos que reduzcan considerablemente la dispersión en el medio ambiente de los tapones y tapas de plástico de los envases de bebidas», aseguraron desde la entidad.
Por qué nadie comprende esta polémica reglamentación
Aunque el fin es meramente ecológico, algunos usuarios en redes sociales se animaron a admitir que no «entienden» la finalidad de esta medida. Sin embargo, esta medida tiene un marco de justificación que es la adhesión de la UE al «Pacto verde», que incluyen un conjunto de medidas y acciones que contribuyen a erradicar la contaminación ambiental y contribuir a combatir los efectos del cambio climático.
De esta manera, se intenta reducir en al menos un 15% el volumen total de envases para 2040, y así culminar con la contaminación ascendente en los océanos, que se da gracias al uso plásticos y que, según estimaciones, es de millones de años. Este tipo de medidas tiene un antecedente en 2021, cuando la Unión Europea prohibió la elaboración y el uso de platos, cubiertos y sorbetes que hayan sido fabricados con este material derivado del petróleo.
