Colectivos Canarios retoman las manifestaciones: Denuncian «inacción» contra el modelo desarrollista

Canarias se encuentra en un momento crucial de su historia, enfrentando una serie de desafíos que exigen una reflexión profunda sobre el modelo de desarrollo que ha imperado en la región durante décadas. Los colectivos sociales y ambientales han alzado su voz, haciendo eco de las preocupaciones de la población local, quienes reclaman un cambio en la dirección que ha tomado el crecimiento de las islas.

Estas voces críticas señalan que el desarrollo actual se basa en un modelo depredador, en el que los espacios naturales y la calidad de vida de los residentes se ven comprometidos en aras de un crecimiento turístico desenfrenado. Denuncian que las instituciones han ignorado sistemáticamente sus reivindicaciones, lo que ha provocado una escalada de tensión y la convocatoria de nuevas manifestaciones tras el verano.

Hacia un Modelo de Desarrollo Sostenible

LAS DENUNCIAS DE LOS COLECTIVOS SOCIALES

Los colectivos que impulsaron las manifestaciones del pasado 20 de abril han anunciado que, después del verano, retomarán las marchas en contra del modelo desarrollista de Canarias y ante la «inacción» de las instituciones. En un comunicado conjunto, afirman que «nada ha cambiado» y que, por el contrario, «han ahondado aún más en el modelo desarrollista y depredador del territorio que llevan perpetuando desde hace décadas».

Critican que los gobiernos han rechazado sistemáticamente sus reivindicaciones, como la moratoria turística, la limitación de la compra de vivienda por parte de personas no residentes, la ecotasa y la paralización de proyectos que incumplen la normativa ambiental y urbanística. Además, señalan que los abusos al territorio continúan, con la aprobación de nuevas licencias de hoteles, la derogación de la Ley de Cambio Climático y el avance del modelo energético centralizado.

En su opinión, las autoridades «siguen viendo nuestros espacios naturales como lugares que explotar turísticamente«, y «siguen adelante con las ampliaciones de los aeropuertos y continúan proponiendo más infraestructuras como trenes y carreteras«. Lamentan que el Gobierno canario no haya propuesto una mesa de negociación y que los representantes públicos sigan «despreciando y ninguneando las reivindicaciones mientras continúan celebrando los récords turísticos mes tras mes«.

LA NECESIDAD DE UN CAMBIO DE PARADIGMA

Los colectivos entienden que el nuevo modelo al que aspiran «hace tambalear los privilegios de unos pocos, pero con mucho poder«, y asumen que una sola manifestación «no es suficiente para conseguir el profundo cambio» que demandan. Por ello, preparan una agenda de acciones y protestas que culminará con otras manifestaciones, ahora en las zonas turísticas.

Sostienen que es necesario que los gobiernos pongan el foco en la gente, en la naturaleza y en el patrimonio de estas islas, y no en seguir haciendo negocio a costa del territorio, «llevándose por delante la calidad de vida de la gente«. Advierten al Gobierno de Canarias, a los cabildos, a los ayuntamientos y al «lobby turístico» que no se van a callar y que sus protestas «solo irán a más si no se toman medidas inmediatas para parar el profundo deterioro ambiental y social que está viviendo Canarias».

EL LLAMADO A LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Los colectivos concluyen que «debemos ser constantes y demostrarles nuevamente algo que parece que han olvidado: somos más que ustedes«. Exhortan a la población a seguir luchando «desde cada rincón de las islas contra este modelo injusto y que está destruyendo nuestra vida y nuestro territorio«, con el fin de «recuperar lo que nos pertenece, con fuerza y dignidad«.

Afirman que «Canarias tiene un límite, y sigue sin respetarse«, y advierten que «no hay otra manera» de diseñar el nuevo modelo que las islas se merecen, sino a través de una participación real y colectiva. Destacan que «cuanto antes paren la degradación sociocultural, el empeoramiento de la calidad de vida y el ecocidio generalizado en el que vivimos, mejor saldremos de él«, y exigen a las autoridades que se «pongan a trabajar por el bien común«.