Los vecinos del Santiago Bernabéu estudian una decidida acción judicial para acabar con el ruido cada vez que hay un concierto. El evento de Taylor Swift sobrepasó todos los límites establecidos en las ordenanzas municipales, pero el Real Madrid tan solo realizó un anuncio para poner mamparas protectoras y evitar que el ruido se propagara por la ciudad.
Este fin de semana, con Manu Carrasco en el escenario, el ruido era de tal magnitud que se escuchaba «lejos» del Santiago Bernabéu, tal y como acredita una tuitera, que ha borrado el mensaje. Cabe recordar que son miles los afectados por este ruido ensordecedor.
«Lo del Bernabéu es una vergüenza», apuntó en el tuit. Todo después de que el Ayuntamiento de Madrid limitara a solo 20 conciertos al año en el estadio Santiago Bernabéu, pero sin cumplir con la ordenanza municipal de Madrid. Y es que, el Real Madrid y Florentino Pérez tienen ‘bula papal’ para hacer y deshacer en la zona. Los comentarios al vídeo retratan a quienes los emiten: «Pues te jodes».
LOS VECINOS DESCONFÍAN DE BUTRAGUEÑO Y DEL REAL MADRID
Los vecinos, no obstante, se han levantado en pie de guerra y han dicho basta a las promesas y buenas palabras que desde hace meses reciben desde el club blanco para tratar de apaciguar los ánimos. Cada día de concierto es un suplicio para quienes tratan de dormir por las noches. A centenares de metros, el ruido es nítido, ni imaginar tiene uno que hacer para conocer la situación vivida a tan solo unas decenas de metros.
UNA ORDENANZA MUNICIPAL, PAPEL MOJADO CON EL REAL MADRID
En este sentido, miran con lupa todas las licencias que tiene el Santiago Bernabéu en vigor y qué normativas se están incumpliendo de forma sistemática cada vez que hay un concierto. El propio Ayuntamiento advirtió del «daño» que produce el ruido, que puede generar molestias a «suponer un riesgo grave para la salud de las personas y para el medio ambiente en general».
Según la ordenanza, el ruido por la noche no puede superar los 40 dB medidos en ALKAeq5s, es decir, frecuencias que solo capta el ser el humano de entre 20 y 20.000 Hz y a una distancia de 50 centímetros. Para dar una idea del significado técnico, una máquina supera con mucho los 50 dBA, lo mismo que el Bernabéu en plena actuación.
DÓNDE ESTÁN LOS CONTROLES
El Consistorio aprobó una mejora para los vecinos en materia de ruido, con vigilancia, prevención y control, así como inspección y disciplina de los diferentes emisores acústicos. Cada noche de concierto, no obstante, todas estas normas saltan por los aires a pesar de que las mediciones muestran un ruido ensordecedor en el interior de las viviendas.
El Real Madrid pide a los vecinos soportar el ruido otros seis meses más antes que cesar la actividad y arreglar los problemas del ruido del bernabéu
Hartos de promesas incumplidas y ante la imposibilidad de descansar por el ruido del Bernabéu, los vecinos buscan ahora su estrategia judicial para apagar los altavoces. Según recuerdan, el recinto está destinado únicamente a uso deportivo, no para eventos musicales ni conciertos, una nueva rama con la que el Real Madrid busca hacer caja para amortizar las costosísimas obras del estadio. Al ruido, además, se suman los problemas de tráfico en la zona en día de partido y concierto, así como la polémica de aparcamiento para los residentes, que se han quedado sin sitios.
Los vecinos desconfían por completo de las palabras que llegan del Consistorio, como también de los enviados especiales a la negociación, como Emilio Butragueño, que ha pasado de la delantera a la defensa de los intereses del Real Madrid. Los vecinos del Santiago Bernabéu lo tienen muy claro: «O cesan los ruidos o habrá demanda». Más cuando saben el poder que ostenta Florentino Pérez.
UNA GUERRA JUDICIAL POR EL RUIDO DEL BERNABÉU
Para armarse en esta dura batalla, los propios vecinos están mirando presupuestos de abogados, procuradores, peritos y el coste de los recursos en una causa que puede llevar años, a pesar de la emergencia para la salud de personas.
Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, ha mantenido meses después de iniciarse el conflicto una reunión con los vecinos afectados. Fue el pasado viernes, pero la propuesta del club es que los vecinos aguantaran seis meses más para tratar de mejorar las obras del estadio y convertirlo en un fortín contra el ruido. La realidad es que durante ese tiempo, el Real Madrid no podría superar los límites y debería dejar la actividad hasta arreglar los problemas antes de que otros sean las víctimas de sus propios desaguisados.
La desconfianza es de tal magnitud que los vecinos no esperan ni medio segundo más para poner soluciones por la vía judicial. El principal motivo de la denuncia se centra en problemas de «salud pública» y puede dar lugar a medidas cautelares. Quizá un estadio de esas dimensiones no tenga una ubicación adecuada en el centro de una ciudad como Madrid. En Alemania, por ejemplo, los estadios de los principales clubes están alejados de zonas vecinales. ¿Por qué no el del Real Madrid?