La situación actual en torno al consumo de suplementos nutricionales y complementos alimenticios es preocupante, especialmente entre los millennials, mujeres y personas mayores. Cada vez más, estas poblaciones optan por recurrir a este tipo de productos sin la debida supervisión de un profesional sanitario.
Esta tendencia responde a diversos factores, como la creencia de que los suplementos pueden cubrir de manera sencilla y rápida las necesidades nutricionales. Sin embargo, la realidad es que estos productos pueden conllevar riesgos para la salud si no se consumen de manera adecuada y bajo la orientación de un experto en nutrición y dietética.
Los Riesgos del Consumo Indiscriminado de Suplementos
Los suplementos nutricionales pueden ser una fuente de azúcares añadidos y contener sustancias no declaradas en el etiquetado, especialmente en aquellos destinados a deportistas y pérdida de peso. Además, en la mayoría de los casos, no existe evidencia científica sólida que demuestre su eficacia.
Otro peligro asociado al consumo de suplementos es el riesgo de ingerir nutrientes en exceso, como azúcares, grasas y proteínas, lo que puede desencadenar problemas de salud. Además, existe el peligro de que contengan sustancias no declaradas, como hormonas o sustancias dopantes, especialmente cuando se adquieren a través de canales poco fiables, como internet.
La Importancia de la Supervisión Profesional
Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas se aclara que el uso de suplementos solo está justificado cuando existe una ingesta insuficiente de algún nutriente en la dieta, diagnosticada por un profesional sanitario, o cuando existen problemas de absorción intestinal o incremento de los requerimientos nutricionales.
Algunos ejemplos de casos en los que el uso de suplementos puede estar justificado son los pacientes mayores con alto riesgo de desnutrición, aquellos con patologías que limiten la ingesta de alimentos, pacientes oncológicos o personas encamadas.
En el caso de los suplementos para la pérdida de peso, solo deben ser utilizados bajo la prescripción de un profesional sanitario y en situaciones de salud que lo justifiquen, como casos de obesidad con alto riesgo cardiovascular o metabólico.
En cualquier caso, la supervisión de un dietista-nutricionista es fundamental, ya que este profesional no solo evaluará el impacto de los suplementos en la salud, sino que también procurará la autonomía de la persona en la alimentación saludable, evitando así el fracaso a largo plazo y el impacto negativo en la salud.