El mundo de la repostería siempre está en constante evolución, y ahora hay un postre de café que está causando furor. Se trata de un dulce sin azúcar, compuesto únicamente de cuatro ingredientes básicos, ideal para aquellos que buscan una opción saludable pero deliciosa. Este capricho no solo es muy rico, sino que también está lleno de sabor y se prepara en muy poco tiempo. Su textura esponjosa y su aroma irresistible lo convierten en la opción perfecta para cualquier momento del día.
Los ingredientes necesarios para preparar este postre son muy sencillos: 1 litro de leche, 120 gramos de maicena, 2 cucharadas de café soluble y sirope de agave o cualquier otro endulzante de tu elección. La leche aporta la base cremosa, la maicena se encarga de darle cuerpo y la textura esponjosa, mientras que el café soluble añade ese toque característico y aromático que tanto nos gusta. El sirope de agave, por su parte, endulza sin añadir azúcar refinado, manteniendo así el postre dentro de una opción más saludable.
Preparación fácil y rápida del postre de café
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La preparación de este postre de café es realmente sencilla. Primero, calentamos en un cazo a fuego medio la leche, la maicena y el café soluble, removiendo constantemente con unas varillas para evitar grumos. Es importante no dejar de remover hasta que la mezcla adquiera una consistencia más densa, lo cual tomará unos pocos minutos. Una vez alcanzada la consistencia deseada, añadimos el sirope de agave o el endulzante que hayamos elegido.
Con la mezcla bien integrada y densa, la vertemos en un molde previamente engrasado y forrado con papel de horno. Este paso es crucial para facilitar el desmoldado posterior. Dejamos enfriar a temperatura ambiente durante unos minutos antes de llevar el molde al frigorífico, donde deberá reposar por al menos 4 horas. Este tiempo de refrigeración es esencial para que el postre de café adquiera la textura firme y esponjosa que lo caracteriza.
Desmoldado y decoración
Pasadas las 4 horas en el frigorífico, desmoldamos el postre de café con cuidado. La mejor manera de hacerlo es despegar los bordes con un cuchillo fino antes de volcar el molde sobre un plato. La decoración es a gusto del consumidor: se pueden añadir granos de café, un poco de cacao en polvo o incluso algunas hojas de menta fresca para darle un toque extra de frescura y color.
Finalmente, llega el momento más esperado: disfrutar de este delicioso postre de café. Su sabor intenso y su textura esponjosa lo hacen irresistible, y lo mejor de todo es que no contiene azúcar añadida, por lo que es una opción ideal para quienes cuidan su dieta sin renunciar a los pequeños placeres. Prepáralo en casa y sorprende a tus amigos y familiares con esta nueva tendencia en el mundo de los postres.