Los partidos de izquierda en Francia anunciaron que alcanzaron un acuerdo final para la creación de un nuevo Frente Popular, con vistas a las elecciones legislativas programadas para el 30 de junio y el 7 de julio. El objetivo de esta coalición es impedir que la derecha radical acceda al Hotel de Matignon, sede del primer ministro.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha convocado nuevas elecciones para renovar la Asamblea Nacional, tras la contundente victoria de Agrupación Nacional (RN) en las elecciones al Parlamento Europeo.
Macron explicó que la decisión responde al avance de la extrema derecha, representada por RN y Reconquista, así como de la extrema izquierda, que juntas superan el 50% del apoyo popular.
El pacto entre los partidos de izquierda incluye candidaturas únicas en todas las circunscripciones y un programa de gobierno común, aunque todavía no se ha decidido quién sería el primer ministro. Jean-Luc Mélenchon, fundador de La Francia Insumisa, ha insinuado su interés en el puesto, aunque esto ha generado divisiones.
«Hemos logrado un programa político de cambio, con un plan para los primeros 100 días de mandato y propuestas concretas y realistas para mejorar la vida de los franceses», señala la declaración conjunta emitida el jueves por la noche.
La alianza incluye al Partido Socialista (PS), el ecologista EELV, La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista (PCF). Estos partidos anunciaron su intención de formar el nuevo Frente Popular el lunes pasado, poco después de que Macron disolviera la Asamblea Nacional.
Las encuestas sugieren que la mayoría presidencial (Renaissance y sus aliados) terminaría en tercer lugar con un 18%, perdiendo la mitad de sus actuales 250 escaños, y solo 40 candidatos de Renaissance avanzando a la segunda vuelta. Agrupación Nacional, bajo el liderazgo de Marine Le Pen y con Jordan Bardella como candidato a primer ministro, obtendría un 31%. El Frente Popular alcanzaría un 28%.
La derecha moderada, que obtuvo un 9% en las europeas, enfrenta una crisis interna: su presidente, Éric Ciotti, pactó con Agrupación Nacional, lo que llevó a su destitución por parte del resto de los dirigentes.
Sin embargo, Ciotti se niega a abandonar el cargo, argumentando que solo los militantes pueden destituirlo, mientras el partido gaullista, al que pertenecieron Chirac y Sarkozy, se desmorona.
Si se confirman los sondeos, Macron podría enfrentar una cohabitación con un primer ministro de la derecha radical o del Frente Popular, si los macronistas deciden apoyar a la izquierda para evitarlo. Es probable que el resultado sea una Asamblea Nacional sin mayoría clara, aunque con más diputados de la derecha radical reclamando la jefatura del gobierno.
Una amenaza para Francia y Europa
El expresidente socialista François Hollande, quien estuvo en el cargo entre 2012 y 2017, expresó su satisfacción por el acuerdo, subrayando que «la izquierda tiene el deber de unirse» para detener a la extrema derecha.
«Desde la Liberación, nunca la extrema derecha ha estado tan cerca de llegar al poder», dijo Hollande en una entrevista con TF1. Esta posibilidad «crea un peligro» y «no es solo un problema para Francia, sino para la imagen de Francia y para las propuestas que pueda hacer Francia en Europa», añadió. «Debemos hacer todo lo posible para que la extrema derecha no llegue al poder en Francia».
La nueva coalición toma su nombre del Frente Popular, una alianza formada en 1935 por varios partidos de izquierda para combatir el auge del fascismo en Europa. Esta coalición logró la mayoría absoluta en las elecciones de 1936, aunque se disolvió en 1938.