El café, una de las bebidas más consumidas en el mundo, está en peligro. Aunque no se extinguirá, su producción se verá gravemente afectada por un culpable que ni te imaginas: el cambio climático. Este fenómeno está alterando las condiciones necesarias para el cultivo de los granos, amenazando la calidad y cantidad de este preciado recurso. Un estudio reciente señala que para el año 2050, cuando la población mundial aumente en 2 mil millones de personas, la demanda de alimentos será aún mayor, intensificando los desafíos para los agricultores.
La planta de café, originaria de Etiopía, se cultiva principalmente en el llamado cinturón del café, una región que abarca países como Brasil, Colombia, Indonesia y Vietnam. Estos cuatro países son los mayores productores en el mundo, y se encuentran en la región ecuatorial, donde las condiciones climáticas son ideales para el cultivo. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvia debido al calentamiento global, estas regiones se están volviendo menos adecuadas para el cultivo del café.
Causas por las que el café desaparecería
El calor extremo no solo disminuye la producción de café, sino que también afecta la calidad de los granos. Las plantas requieren condiciones específicas de luz, temperatura y humedad para prosperar. Cuando estas condiciones cambian, como está ocurriendo con el cambio climático, su producción se ve perjudicada. El aumento de las temperaturas y las alteraciones en las lluvias están modificando los patrones hidrológicos, lo que afecta la humedad del suelo y aumenta las temporadas de sequía. Estas sequías prolongadas dificultan la supervivencia de las plantas de café, reduciendo aún más la producción.
Además de los problemas climáticos, las plagas como la roya están proliferando debido al aumento de las temperaturas. Esta enfermedad, que se expande con el calor, daña gravemente los cultivos de café, afectando tanto la cantidad como la calidad de los granos. Los agricultores están luchando contra estas plagas, pero el calentamiento global está creando condiciones favorables para su propagación, lo que complica aún más la situación.
Los desafíos para el futuro
Curiosamente, mientras algunas regiones pierden la capacidad de cultivar café, otras pueden beneficiarse de los cambios climáticos. Por ejemplo, en Sicilia, ahora se pueden plantar aguacates, y en el estado de Georgia, en Estados Unidos, se están cultivando frutos cítricos gracias a los nuevos patrones climáticos. Sin embargo, estos cambios no compensan la pérdida en las regiones tradicionales de cultivo, y la calidad de los nuevos granos aún está por determinarse.
A pesar de estos desafíos, el café no desaparecerá. Los científicos y agricultores están implementando técnicas para aumentar la resistencia de sus plantas, incluyendo cruces genéticos para promover mutaciones más robustas. No obstante, Rotman Grüter, un científico ambiental de la Universidad de Zurich, advierte que estos esfuerzos pueden no ser suficientes para mantener la producción al nivel actual. La realidad es que, aunque sigamos teniendo café en nuestras tazas, la calidad y disponibilidad de esta bebida pueden cambiar drásticamente en las próximas décadas. ¿Qué harías tú sin tu taza de café diaria?