La última carta de ERC: la supervivencia del pragmatismo

ERC se adentra en un campo completamente desconocido. En apenas 48 horas ha pasado de pactar la Mesa del Parlament con Junts para hacer lo propio con Jaume Collboni (PSC) en el Ayuntamiento de Barcelona tras meses de espera y sin Presupuestos.

La estrategia de ERC apenas se entiende entre sus votantes, pero las dos almas se han impuesto en cierta manera para dejar en el aire qué se hará con la investidura de Salvador Illa y la de posiblemente Carles Puigdemont. Por un lado, en ERC hay un sector central que busca la unidad independentista, mientras otros, los ‘junqueristas’, buscan el diálogo y la apertura hacia el bloque progresista, siguiendo los pasos dados por Bildu, único partido de la izquierda que ha sabido leer el momento político actual.

Carles Puigdemont, líder de Junts, pieza clave en la investigación del caso Voloh
Carles Puigdemont, líder de Junts, pieza clave en la sesión de investidura de Salvador Illa

El pragmatismo, no obstante, no se ha impuesto a la hora de pactar la Mesa del Parlament, donde Junts se ha impuesto claramente en la negociación entre el PSC y ERC. La única duda a despejar es el por qué ERC ha preferido a los de Puigdemont en el Parlament y a Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona.

ERC Y LA SUPERVIVENCIA

El giro de ERC, esperado por muchos en Barcelona, no así en el Parlament, ha sido una nueva jugada en la estrategia de supervivencia para evitar sucumbir en una lucha de poder entre Puigdemont e Illa, que no ha movido un dedo tras la votación telemática de Lluís Puig y Puigdemont, como sí hizo la pasada legislatura con un recurso ante el Tribunal Constitucional y que años después ha dado la razón a los socialistas. De ahí que Vox anunciara una querella contra la Mesa de edad de la Cámara catalana por desobediencia.

Los hasta ahora liderados por Oriol Junqueras se encuentran en una situación crítica, donde el pragmatismo es la única válida, a pesar de las tres almas que gobiernan el debate interno de ERC. Por el momento, los de Esquerra ganan tiempo con un movimiento estratégico: pactar con Junts y la CUP y hacerlo con el PSC 24 horas después tras meses de bloqueo en Barcelona.

Salvador Illa, líder del PSC y candidato a presidir la Generalitat
Salvador Illa, líder del PSC y candidato a presidir la Generalitat, depende de ERC

La unidad independentista por un lado y el pragmatismo de la investidura por el otro. El motivo es sencillo, ERC se guarda aún un as en la manga que evitará mostrar en caso de repetición electoral. Resuelto el dilema del Ayuntamiento de Barcelona, los liderados por Marta Rovira desde Suiza solo tienen que esperar ahora a la sesión de investidura.

EL REGALO ENVENENADO DE JUNTS A ILLA

El turno ahora es de Junts, concretamente de Josep Rull. El presidente de la Cámara catalana debe decidir el orden para que los candidatos lleguen al pleno, pero éstos deben presentar los apoyos correspondientes o bien declinar la envenenada invitación. Es de esperar que Junts quiere ver a Salvador Illa arrodillado y mostrar una imagen de soledad del exministro de Sanidad. La gran cuestión es conocer qué le ha ofrecido Junts a ERC para que Esquerra reniegue del PSC en la Cámara catalana. De continuar esta alianza, la repetición electoral estaría cada vez más cerca.

Y es que, si ERC mantiene su apoyo a Puigdemont, a Salvador Illa solo le valdría el voto favorable de PP y Vox, un escenario altamente improbable dado el cordón sanitario que han levantado los socialistas contra los constitucionalistas. «Se mantiene el pacto del Tinell», afirman. Illa, que se presentó como un hombre de diálogo y consenso, evita que el constitucionalismo pueda gobernar en Cataluña por primera vez en su historia. «No habrá pacto con el 155», destacan las fuentes parlamentarias.

Una vez descartado este escenario, al PSC solo le queda convencer a ERC, pero no lo ha podido conseguir para la Mesa del Parlament. Con los socialistas, Esquerra tendría la vicepresidencia y Consejerías, también sacarían adelante los Presupuestos y podrían llevar a cabo una política de gestión sin perder cuota de poder, toda vez que ganan también peso en Barcelona.

ERC Y SU PRAGMATISMO

Pero Puigdemont tiene otros planes. ERC ha optado por ayudar a su socio natural antes que reeditar un tripartito, que aún podría darse dadas las puñaladas en el independentismo a lo largo de la última década. No obstante, a la hora de votar siempre han mantenido la unidad.

Si Junts fuerza a Illa a presentarse a la investidura sin ERC, el PSC cosecharía únicamente -y está por ver- el apoyo de los Comuns. En cambio, Junts tendría el voto en contra de Illa, PP y Vox asegurados, suficiente para tumbar la investidura de Puigdemont, con independencia de lo que hagan ERC y los Comuns.

Y es que, en Cataluña solo vale la mayoría absoluta para gobernar. No hay pactos de mayorías simples dada la composición actual. Se necesitan más síes que noes y no es el caso dada la fragmentación política. El PSC y el PP votarían conjuntamente en contra de Puigdemont, como también Vox, pero Illa prefiere dialogar y negociar con los independentistas antes que con los conservadores. De hecho, no ha llamado ni al PPC para pactar la composición de la Mesa del Parlament.

EL 155 DE PSC, PPC Y VOX, IMPOSIBLE EN 2024

Lejos queda así la imagen del 😯 de 2017, cuando Illa acudió al llamamiento de Sociedad Civil Catalana para reivindicar la aplicación del 155 de la Constitución en Cataluña y defender la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Ahora, se tienen otros socios preferentes y Junts es pieza clave para mantener a Pedro Sánchez en La Moncloa.

La carta de Puigdemont es presionar al presidente del Gobierno para que Illa pueda permitirle gobernar la Generalitat, como él hizo con sus siete diputados tras el 23-J. Pero, el PSC es un partido autónomo y no tiene que dar explicaciones al PSOE, a pesar de la insistencia a mantener un diálogo y la puerta abierta para evitar que Pedro Sánchez tenga que convocar elecciones.