La teoría conspirativa sobre la llegada del hombre a la luna recorre el mundo. Esta teoría revela qué sucedió en realidad con ese hito histórico que se realizó con la llegada del Apolo 11 el 20 de julio de 1969 con los astronautas Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr. y piloto del LEM, apodado Buzz y Michael Collins.
A pesar de que existen diversas versiones, rumores y hipótesis sobre este hecho nunca antes visto, hay una teoría que se vincula al mundo del cine y que pretende echar por tierra cualquier ilusión de los fanáticos de las aventuras espaciales. Sin embargo, estudios posteriores revelaron que la hipótesis fue sólo una especulación de los conspiradores y hay pruebas cavales de que se cometió la proeza histórica.
La teoría conspirativa sobre la llegada de la Luna
La llegada del hombre a la luna, que fue televisado en 1969, habría sido una mentira. Según la teoría conspirativa, este hecho involucra al legendario cineasta Stanley Kubrick, especialista y reconocido realizador de efectos especiales. El director fue reconocido por el filme 2001: odisea en el espacio y ganó un Oscar por los efectos especiales de esta película.
Lo cierto es que este reconocimiento tendría vinculación con la llegada del Apollo 11 en 1969 y el cineasta estaría involucrado. Según la teoría, Kubrick fue convocado por la NASA para simular la hazaña gracias a su tecnología innovadora. Aunque nunca hubo pruebas de lo sucedido, el director habría dejado pistas de este hecho en sus películas. Por ejemplo, en El Resplandor, el pequeño protagonista usa un jersey con el dibujo del Apollo 11 lo que, para muchos, no es sólo una coincidencia.
Las pruebas que derrotan a la teoría conspirativa
A pesar de los intentos por desacreditar este logro de la NASA, los expertos demostraron que el hombre sí llegó a la luna debido a una serie de pruebas científicas. La periodista científica Sarah Romero fue una de las que expuso las señales de que se cometió tal hazaña.
Una de los detalles que refutan la teoría conspirativa es el uso de los cinturones de radiación de Van Allen. Al parecer, los escépticos aseguraban que no eran seguros por lo que la científica comprobó que sí lo eran. Estos cinturones estaban en su punto más bajo, lo que minimizaba la exposición a la radiación y garantiza la seguridad de la tripulación. Las fotografías fueron también otro punto de discusión. Sin embargo, se comprobó que éstas coinciden exactamente con las imágenes tomadas por los astronautas en la Luna.