El independentismo catalán, representado por la suma de Junts y ERC-Ara Repúbliques, ha experimentado un fuerte retroceso en las elecciones europeas celebradas este domingo. Con un total de 785.013 votos (32,84%), la coalición ha perdido más de 900.000 votos en comparación con los resultados obtenidos hace cinco años (1.708.395 votos y un 49,84% en 2019).
Junts y ERC-Ara Repúbliques: Un análisis del descenso electoral
Junts, que en las elecciones europeas de 2019 se alzó como la fuerza más votada en Cataluña con 981.357 votos (28,63%), ha sufrido una significativa pérdida de apoyos, obteniendo en esta ocasión 430.830 votos (18,02%). Esta drástica reducción de votos ha relegado a la formación a la segunda posición dentro del bloque independentista.
Por su parte, ERC-Ara Repúbliques también ha experimentado un descenso en su caudal de votos, aunque menos pronunciado que el de Junts. La formación republicana ha pasado de los 727.039 votos (21,21%) obtenidos en 2019 a 354.164 votos (14,82%) en las elecciones del domingo.
Factores clave del retroceso independentista
Este fuerte retroceso del independentismo catalán en las elecciones europeas puede atribuirse a una confluencia de factores.
En primer lugar, la pérdida de impulso del movimiento independentista, tras el fracaso del procés y la posterior crisis interna vivida en el seno del independentismo, ha generado una desmovilización entre parte de su electorado.
En segundo lugar, el contexto político español, marcado por la irrupción de nuevas formaciones políticas como Vox, ha podido contribuir a una polarización del electorado, alejando a parte del votante independentista de sus opciones tradicionales.
En tercer lugar, la baja participación registrada en estas elecciones europeas, especialmente entre los votantes más jóvenes, ha podido afectar de manera negativa a los resultados del independentismo, que tradicionalmente ha contado con un fuerte apoyo entre este segmento del electorado.
En definitiva, el retroceso del independentismo catalán en las elecciones europeas plantea interrogantes sobre el futuro del movimiento y su capacidad de movilización de cara a futuros comicios. La fragmentación interna, la desmovilización del electorado y la evolución del contexto político español serán factores determinantes en el devenir del independentismo catalán.