El caso Begoña Gómez, la investigada esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha marcado las elecciones europeas que se celebran este domingo, 9 de junio. Los asuntos troncales, como los graves problemas del sector primario y agricultores, así como la inmigración han pasado a un segundo plano en esta campaña, pero los mensajes calan entre los votantes.
No obstante, la abstención será uno de los principales factores que marcarán un antes y un después en la delegación española del Parlamento Europeo, cuyos eurodiputados no se repartirán poder, como sí sucede en las Cortes, sino que será una presencia testimonial.
EL PSOE, A EMPATAR CON EL CASO BEGOÑA GÓMEZ
Por una lado, la «zurda» del PSOE, tal y como ahora se definen orgullosos los simpatizantes y dirigentes socialistas tratará de obtener un buen resultado, a pesar de que todos los sondeos apuntan a un sonoro batacazo. La pérdida de hasta siete escaños está en el aire y se contentan con «empatar» con el PP, que duplicaría sus votos respecto a los comicios de 2019. En estas elecciones europeas no habrá escrutinio debido a la diferencia con Italia. De esta forma, el Parlamento Europeo aguardará hasta las 23.00 horas para dar a conocer los resultados ya definitivos. Desde las 20.00 y hasta que la Eurocámara diga algo, todos los protagonistas estarán expectantes.
El PSOE se la juega en una semana donde ha señalado al juez Juan Carlos Peinado por imputar a Begoña Gómez delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Los socialistas han tratado de banalizar el caso y poco menos que lo definen como una nueva causa de lawfare -guerra jurídica-. Mientras tanto, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aguardará su propia respuesta hasta la resaca electoral.
Sea como fuere, Pedro Sánchez se mantendrá, por más que González Pons insinúe lo contrario en unas polémicas declaraciones. Y es que, si la suma del PSOE con sus nuevos socios supera en escaños a los de la derecha y conservadores soberanistas habrá relato y argumento para rato.
LA FRÍA VENGANZA DE IRENE MONTERO A YOLANDA DÍAZ
Sin salir de la izquierda, los nuevos socios preferentes del PSOE se juegan su propia partida por la hegemonia o la desaparición. En 2014, Podemos irrumpía en el Parlamento Europeo con la cara de Pablo Iglesias. No había logo, pero sí un proyecto para implantar una visión plurinacional en España, con medidas que asustarían a cualquier empresa, especialmente a la banca, y un referéndum sobre la monarquía. No hubo consulta, pero la banca ha sentido cómo se las gasta este bloque de la izquierda, como también el conjunto de los ciudadanos con subidas sucesivas de impuestos. El propio Iglesias alertó de la alegría desbordante y sobre los conformistas.
Los morados tenían un plan que se ejecutó de forma quirúrgica para recuperar la esencia de la izquierda. En 2019, la historia fue otro cantar, y aún peor el pasado año con la ruptura con Sumar, pero Irene Montero busca de nuevo esa alegría contenida, ese anhelo y ambición de poder derrotar a Yolanda Díaz y su Sumar, que le expulsó del Gobierno. De hecho, la campaña de Sumar ha pasado tan desapercibida que pocos conocen a la candidata. En Cataluña, el sobre ha ido con la cara de Jaume Asens al menos, más conocido por reunirse con Carles Puigdemont antes que con Pedro Sánchez.
Irene Montero se ha apoyado en el jefe de la taberna Garibaldi para devolver a los morados parte del terreno perdido. En esta lucha, los de Yolanda Díaz se muestran muy debilitados y aún podrían lograr una marca histórica negativa para la izquierda. Si no logran el cuarto escaño, IU se quedaría fuera del Parlamento Europeo por primera vez en 38 años.
EL PP Y VOX, PENDIENTES DE ALVISE
En el PP, por su parte, se esboza la sonrisa contenida. Un sector, especialmente el de Madrid, no ha querido mostrar el orgullo de quien se sabe ganador. «Puede haber espacio para las sorpresas», apuntan los ‘populares’. Nadie quiere echar las campanas al vuelo hasta las 23.00 horas, cuando se conozcan los datos definitivos. De hecho, habrá caras largas si la posible victoria se torna en empate o incluso derrota, por mínima que sea. A los ‘populares’ no les valdrá ningún resultado que sea la victoria en votos y en escaños.
A la derecha del PP se sitúan los soberanistas de Vox, con un mensaje muy claro sobre asuntos que han pasado desapercibidos en la campaña: inmigración y soberanía alimentaria y energética. Y es que, el caso Begoña Gómez se ha comido, literalmente el debate. Las declaraciones de Jorge Buxadé, junto a las de Santiago Abascal y compañía, muestran un partido aún con fortaleza suficiente para resistir la embestida de otras formaciones, como las de ‘Se acabó la fiesta’, cuyo boca a boca ha corrido como la pólvora por las redes sociales.
Los de Alvise Pérez, que denomina a sus seguidores con el cariñoso nombre de ‘ardillas’ -incombustibles fuentes de información en todos los ámbitos-, serán la gran sorpresa de la jornada. Todas las encuestas, incluido el CIS de Tezanos, dan representación a este exconsultor político. Su secreto, una legión de seguidores, fieles y con ánimo de cambio. Su discurso cala y su argumento es retórico y poco analítico. Su presencia no quiere decir la pérdida de escaños o de votos para otras formaciones, como el PNV y Junts, que podrían desaparecer de la Eurocámara.
PNV, JUNTS Y ERC, EN LA CUERDA FLOJA
La amnistía también tendrá afectación en esta campaña electoral. No es un debate superado a nivel social, por más que el PSOE insinúe lo contrario. De hecho, la partida continuará jugándose en los tribunales tras los recursos del PP y el resto de formaciones conservadoras ante los tribunales. Los socialistas, para guardarse las espaldas, han evitado la publicación de la ley en plena campaña electoral, dejando a Puigdemont y Comín con un palmo de narices.
La coalición entre ERC, Bildu y el BNG (Ahora Repúblicas), por su parte, tampoco tiene asegurada su presencia, como Ciudadanos, con un Jordi Cañas combativo hasta el final y con todo el peso de la campaña electoral a sus espaldas. Si los ‘naranjas’ obran el milagro será únicamente porque los ciudadanos de a pie han apostado por respaldar a Cañas en vez de quedarse nuevamente en casa.