La llegada del apocalipsis es una de las hipótesis de investigadores e historiadores que se dedicaron a estudiar en el tiempo. Por el momento, el apocalipsis no llegó pero su salvación está vigente y existe en la mitad del Ártico.
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard en Noruega es la solución ante un eventual fin del mundo y funciona como una caja de seguridad para semillas. En este sitio están a salvo los ejemplares de las semillas que están en los bancos genéticos de todos los países para ser replicada en caso de desaparición a causa de catástrofes naturales o conflictos bélicos.El objetivo de esta enorme bóveda es contribuir a la biodiversidad y preservar alimentos en caso de algún desastre natural.
Cómo es por dentro la bóveda contra el apocalipsis
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard se encuentra ubicada en la mitad del Ártico, a medio camino entre Noruega y el Polo Norte. En su interior hay más de una variedad de cultivos en todo el mundo distribuidas en tres salas, a 150 metros. Este lugar lleva más de 16 años construido y está a prueba de erupciones volcánicas, terremotos de hasta 10 grados en la escala de Richter y radiación solar.
La bóveda contra el apocalipsis se encuentra impermeabilizada con un equipo de refrigeración que la mantiene a -18 grados. La particularidad de este lugar es que las salas se encuentran en una atmósfera muy pobre en oxígeno, para reducir un envejecimiento natural de estos frutos. Para aquellos que quieren contribuir a la causa con semillas, pueden hacerlo de manera gratuita. Sus creadores creen que está diseñada para durar toda la vida.
Más datos sobre la solución contra el apocalipsis
Según información del Ministerio de Agricultura de Noruega y NordGen este sitio alberga más de un millón de muestras de semillas almacenadas; más de 6000 especies provenientes de 249 países. Quienes están a cargo de cuidarla es el Centro Nórdico de Recursos Genéticos (NorGen) en cooperación con el Ministerio y la organización internacional Global Crop Diversity Trust. La bóveda fue construida en Svalbard porque es zona protegida ambientalmente y cuenta con “permafrost”, una capa de suelo que está continuamente congelada y que sirve para la fácil preservación.
Los primeros que utilizaron este espacio contra un posible apocalipsis fue el Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Secas (ICARDA) en Alepo. Debido al conflicto en Siria de 2015, éste se convirtió en el primer banco genético en recuperar semillas de su depósito en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard.
