Investigación revela explotación laboral en sector agrícola europeo
Una investigación reciente realizada por el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontificia Comillas y Oxfam Intermón, titulada ‘Esenciales pero invisibles y explotados’, ha sacado a la luz prácticas abusivas que afectan a migrantes empleados en la agricultura en Europa. Este estudio arrojó resultados preocupantes sobre la situación de estos trabajadores en nueve países europeos, incluyendo a los cinco principales productores de frutas y verduras en Europa.
La realidad de los migrantes en el sector agrícola europeo
Según el informe, aproximadamente el 25% de los trabajadores en el sector agrícola europeo son migrantes que sufren explotación laboral y abusos de derechos de manera rutinaria. A pesar de que las estadísticas oficiales indican que 2,4 millones de migrantes trabajan en la recolección de frutas y verduras en Europa, los investigadores creen que la cifra real podría ser aún mayor debido a la presencia de trabajadores no estacionales y sin documentación legal.
Violación sistémica de derechos laborales
El estudio revela una violación sistémica de los derechos de los trabajadores migrantes en los nueve países europeos examinados. Estos abusos van en contra de la legislación laboral y de derechos humanos de la Unión Europea y afectan gravemente a estos trabajadores, quienes se han convertido en un elemento estructural de la cadena agroalimentaria europea.
Salarios injustos y desigualdad de género en el sector agrícola
En cuanto a los salarios, se encontró que en la mayoría de los países estudiados, los migrantes suelen recibir salarios inferiores al mínimo establecido, siendo las mujeres las más afectadas al percibir remuneraciones aún más bajas que los hombres. Esta crónica desigualdad de género se refleja en datos concretos, como en la región española de Huelva, donde las mujeres declararon ganar menos que sus colegas masculinos.
Precariedad laboral y condiciones inhumanas de vida
El informe también destaca las condiciones precarias en las que viven y trabajan estos migrantes en Europa. Muchos de ellos residen en alojamientos superpoblados, caros y aislados de los núcleos urbanos, donde se enfrentan a situaciones de chantaje sexual por parte de los supervisores de alojamiento. Además, algunos trabajadores se ven obligados a vivir en asentamientos marginales sin servicios básicos como agua corriente o electricidad, lo que aumenta el riesgo de enfermedades e incendios.
Acceso limitado a servicios de salud y riesgos laborales
Los trabajadores migrantes en la agricultura europea enfrentan numerosos obstáculos para acceder a servicios de salud adecuados, desde la falta de información sobre sus derechos hasta barreras administrativas y lingüísticas. Además, se han documentado casos de accidentes y lesiones laborales frecuentes debido a la falta de formación y equipo de protección adecuados por parte de los empleadores.
Hacia una mayor protección de los derechos laborales en la cadena de suministro
Ante esta preocupante realidad, la Unión Europea ha aprobado una directiva de Debida Diligencia que tiene como objetivo garantizar que las empresas respeten los derechos humanos y medioambientales en toda la cadena de valor. Esta normativa busca facilitar el acceso a la justicia y la compensación para los trabajadores afectados, así como responsabilizar a la industria agroalimentaria y minoristas por posibles violaciones de derechos humanos.
Conclusiones y recomendaciones del estudio
El informe hace un llamado a fomentar la participación de los migrantes en las estructuras sindicales, proporcionarles formación en un idioma comprensible y dotarlos del equipo de protección necesario. Asimismo, se insta a que las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) consideren el respeto de las normas laborales y sociales por parte de sus receptores.
Con la implementación adecuada de estas medidas y la concienciación sobre la explotación laboral en la industria agrícola europea, se espera poder poner fin a estas prácticas abusivas y garantizar un entorno de trabajo justo y seguro para todos los trabajadores, independientemente de su origen o situación migratoria. ¡La dignidad laboral no tiene fronteras!