Victoria judicial de los Mossos d’Esquadra ante la pretensión de ERC de nombrar Eduard Sallent como su jefe. El sindicato SAP-Fepol ha logrado ganar la primera batalla al conseguir que la titular del Juzgado de lo contencioso-administrativo número 8 de Barcelona paralice el concurso de la plaza para nombrar a un segundo jefe de la policía autonómica catalana.
Se trata de una medida cautelar, pero es un soberano varapalo para el Govern de Pere Aragonès, presidente en funciones, y más aún para el Departamento de Interior, dirigido por Joan Ignasi Elena. Y es que, Eduard Sallent estaba realizando el correspondiente curso para poder ocupar la codiciada plaza, reservada únicamente a los comisarios y que tienen la obligación de pasar por el Instituto de Seguridad Pública para realizar los estudios.
De esta forma, los Mossos se quedan por el momento sin un segundo jefe, una pretensión de ERC para tratar de tener contacto directo con las autoridades policiales catalanas una vez sean desalojados del poder, siempre y cuando se cierre un pacto que evite la repetición de elecciones en Cataluña. El sindicato SAP-Fepol movilizó a sus servicios jurídicos para frenar el ascenso, que hubiera supuesto bicefalia en el rango más elevado del cuerpo. Es el primero de los cuatro recursos que se interpusieron desde que la Generalitat convocase la plaza.
LAS PRISAS DE ERC PARA CONVOCAR LA PLAZA
La convocatoria de la plaza de Major de los Mossos d’Esquadra se dio a conocer apenas dos meses antes de las elecciones catalanas del 12 de mayo, en el último día hábil. Una jugada que fue interpretada como un movimiento político. A ERC le entraron las prisas en el último momento para evitar que otro nuevo presidente pudiera convocar la plaza, aunque estaría bajo las órdenes de Josep Lluís Trapero si finalmente Salvador Illa alcanza el poder autonómico catalán. La convocatoria de la plaza para major de los Mossos se realizó el pasado 6 de marzo, pero fue impugnada por la comisaria Alícia Moriana. No obstante, el juzgado decidió rechazar su recurso.
La estrategia de ERC parecía favorable a sus intereses, pero no contó con la lluvia de recursos de los propios sindicatos policiales. Los propios mandos policiales afirman que la convocatoria estaba repleta de irregularidades, supuestamente fruto de las prisas para poder ascender a Sallent en un tiempo récord. No obstante, las críticas no frenaron a Aragonès ni a Elena, que mantuvieron la convocatoria para ascender a Sallent durante los próximos cuatro años. Es decir, Esquerra controlaría al comisario jefe de los Mossos d’Esquadra desde la oposición.
La plaza le hubiera otorgado a Eduard Sallent el rango de segundo major de los Mossos d’Esquadra, con todos los privilegios que conlleva, pero a las órdenes del director de la Policía catalana, Pere Ferrer. Es una situación similar a la vivida en su día por Trapero antes de ser apartado del cargo por su posible papel en el 1-O. No obstante, fue absuelto del caso, pero no se le restituyó en el poder.
Trapero, de hecho, quedó aislado a su vuelta. El despacho estaba situado en una zona que sirve de trastero en la comisaría de Plaza de España y sin tener ya competencias sobre los grupos operativos.
EL BULLYING A TRAPERO EN SU NUEVO PUESTO
Vilipendiado y sin potestad para dar órdenes a los grupos operativos. Su traslado fue tomado entonces como medida disciplinaria y un castigo por haberse desentendido del ‘procés’. Su único cometido era evaluar a los agentes del cuerpo, pero en paralelo al trabajo de Asuntos Internos. En concreto, todos los informes de Trapero, que pasó a comandar a todos los agentes a tener apenas 20 bajo su cargo, pasaban directamente a Ferrer, con una relación muy tensa y poco cordial.
La magistrada deja muestras de las presuntas irregularidades al aceptar el recurso de SAP-Fepol. Para evitar cometer agravios, la juez ha decidido suspender la convocatoria hasta analizar todo el caso debido a las consecuencias nefastas de no actuar en pro de la limpieza en este concurso público.
Y es que, si los tribunales dieran la razón al sindicato de los Mossos d’Esquadra, el nombramiento no podría anularse hasta la siguiente convocatoria, es decir, se mantendría al menos los cuatro años siguientes, con perjuicio para quien aspira a la misma plaza. «Los perjuicios serían enormes», ha asegurado en el auto.
Ante esta situación, la Generalitat también se ha movilizado y presentará recursos contra las decisiones y autos judiciales que anulen de forma cautelar la plaza, hasta conseguir una sentencia firme, para la que pueden pasar años. Por el momento, el asunto tardará aún un año en llegar a juicio.