viernes, 22 noviembre 2024

La economía de Pedro Sánchez a lo Taylor Swift: espoleada por la reventa de la inflación

Pedro Sánchez ha pasado de comparar la evolución económica de España con una «moto», un «cohete» y ahora con el fenómeno musical de Taylor Swift, que ha llenado el Bernabéu durante dos días seguidos, para fastidio de los vecinos. La próxima comparación va a ser muy complicada, aunque tampoco hay unas elecciones más allá de las europeas del próximo 9-J.

«España es la Taylor Swift de las economías europeas», afirmó el presidente del Gobierno durante un mitin en Murcia. Hace casi 14 años, el discurso era similar, con un José Luis Rodríguez Zapatero exultante con un papel negacionista de una devastadora crisis que se intuía en la mayor parte de los países.

«El Gobierno ha situado a España en la Champions League de las economías del mundo», aseguró el repescado ahora por el PSOE el 11 septiembre de 2007. Cuatro días después de aquella afirmación, EE UU procedía a dejar caer a Lehman Brothers y con ello a todo el sistema del mercado secundario de deuda. El resto de aquel tsunami financiero, social y político se estudia ya en las universidades y centros de opinión.

DE LA CHAMPIONS LEAGUE A SER TAYLOR SWIFT

Pero Pedro Sánchez es algo más prudente que el propio Zapatero. La comparación solo la realiza con los países europeos, pero también es osado al asegurar que España es la economía que más crece del Viejo Continente. Ese mismo discurso no le hubiera servido ni en 2020, ni 2021 ni tampoco en 2022. Es decir, España fue el país que más retrocedió en Europa con la recesión provocada por la pandemia de la Covid-19 y la que más tiempo ha necesitado para recuperarse.

En esta recuperación, la inflación ha sido clave para explicar el ‘nuevo milagro’ económico de España, como también el disparado incremento de la deuda, las sucesivas subidas de impuestos -y las que vienen-, así como un ataque sin precedentes hacia el ahorro privado, al permitir niveles máximos en los impuestos indirectos mientras los precios galopan a la velocidad de los de la reventa pocas horas antes del inicio del concierto de Taylor Swift.

Para conocer la evolución de la inflación, uno de los factores clave en el crecimiento de la riqueza de España en los últimos cuatro años, es tan sencillo como ir a la herramienta del Instituto Nacional de Estadística (INE). Solo el Índice de Precios al Consumo ha registrado una acumulación del 19,4% entre marzo de 2020 a abril de 2024. Es decir, desde el inicio de la pandemia hasta la última cifra registrada en las bases de datos del INE.

PEDRO SÁNCHEZ Y EL DESTAPE CON LA INFLACIÓN

No obstante, para entender mejor la variación se deberían tomar los datos desde junio de 2021. El motivo de escoger ese mes se debe a la eliminación del tope del precio de la energía, que pasó de un máximo de 181 €/MW a los 3.000 euros. A partir de la medida del Ejecutivo de Pedro Sánchez, la inflación en España entró en una fase galopante y que aún no se ha detenido, tan solo afloja el ritmo de ascenso.

La invasión de Rusia a Ucrania profundizó el problema, mientras los bancos centrales deciden esta misma semana si rebajar los tipos o mantenerlos, pese al riesgo de una evolución aún mayor de los precios tras la subida de mayo.

Teniendo en cuenta estos factores, la inflación acumulada en apenas tres años alcanza el 15,4%, es decir, prácticamente el 80% de la subida de precios registrada desde el inicio de la crisis sanitaria se registró desde junio de 2021 hasta ahora. Entre junio y diciembre, la subida acumulada de los precios fue del 3,9%, para cerrar el año en el 6,5%, su nivel más elevado en 30 años. El 60% de ese incremento se produjo en el segundo tramo de aquel año.

A pesar de la acuciante necesidad para frenar los precios, el Gobierno de Pedro Sánchez se negó a deflactar los impuestos para evitar beneficiar a las arcas públicas a costa del bolsillo de las familias. No lo hizo ni en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), como tampoco en el IVA ni en los impuestos especiales.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, va a por Junts
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

La recaudación se disparó en 2022 en un 14,4% respecto a 2021; en 2023, un 6,4% más; y continuará marcando máximos históricos en 2024, con un incremento previsto del 7%. El IRPF ha sido el factor determinante para aumentar los ingresos vía impuestos, con subidas del 15%, casi a la misma altura de los impuestos especiales. Al Gobierno le ha venido muy bien la inflación y es por ello por el que mantiene los niveles impositivos. Se trata así de un beneficio caído del cielo, pero que sale realmente de la clase trabajadora.

LA FALSA SENSACIÓN DE RIQUEZA

Con esta recaudación, el Ejecutivo de Pedro Sánchez genera, además, una falsa sensación de riqueza y productividad. En condiciones normales, sería una posición ventajosa incrementar la recaudación al poder realizar unos Presupuestos más expansivos, pero la realidad es que el Ejecutivo no podrá aprobar nuevas cuentas hasta al menos 2025 y está por ver si lo logrará el próximo año ante la falta de apoyos. Por el momento, se mantienen las cuentas del pasado año, ya de por sí expansivas, con subidas importantes para los funcionarios y los pensionistas, mientras que para el sector privado la subida de salarios se ralentiza y va a cuentagotas.

Con esta falsa sensación de riqueza, además, España ha llevado la deuda pública a máximos históricos, con los tipos de interés en niveles no vistos desde la crisis de 2008. Lejos de seguir los principios de prudencia económica, el pago de intereses de la deuda se comen el 2,5% del PIB, hasta los 41.000 millones de euros, un 36% más respecto a 2023. El Ejecutivo cambia el dato al asegurar que disminuye el nivel de endeudamiento, es decir, el peso de la deuda sobre el PIB, que se reduce al 109%, un 81% por encima de las normas de estabilidad que regían en Europa tras la crisis de deuda de 2010.

EL PREOCUPANTE RETROCESO DE LA PRODUCTIVIDAD

Asimismo, varios indicadores muestran, además, un retroceso considerable. La productividad preocupa a los empresarios e inversores. Los datos se conocen de forma muy atrasada -el último data de 2022- y muestra una caída del 7,2% desde el 2000 hasta el 2022. Esta misma magnitud se dispara en dos dígitos en Alemania y EE UU, con avances del 11,8% y del 15,5%.

Mientras el Gobierno insiste en compararse con Europa, este dato desmonta todo el argumento de un plumazo. La productividad del trabajo -PIB entre horas trabajadas- sube a un ritmo muy inferior al de la UE. En concreto, España aumenta en un 0,7% frente al 1,1% del conjunto de países. Asimismo, crece a la mitad que EE UU.

Asimismo, las horas trabajadas en el primer trimestre de este año son incluso inferiores a las registradas en 2008, durante la crisis en la que España formó parte de la Champions League mundial.

LA ESPAÑA DE TAYLOR SWIFT, LÍDER DE PARO

Las cifras muestran una caída de salarios importante respecto al primer trimestre de 2008, mientras que la productividad sube ligeramente respecto al primer trimestre de 2020. El drama se encuentra en las horas trabajadas, con una caída de casi el 7% respecto a los primeros tres meses de 2008, también la España de la moto, el cohete y ahora comparable al fenómeno de Taylor Swift registra la peor tasa de paro de la UE, por detrás incluso de Grecia.

De nuevo, el Gobierno vive con la inercia de una marcha económica, como ocurrió en 2007, hasta que el combustible se agota. Las consecuencias son que el fuego de los motores y las vibrantes melodías terminan por apagarse. A diferencia de España, Taylor Swift -o los dueños de sus canciones- seguirán facturando; mientras en España ya se sabe quién pagará los platos rotos por vivir con una deuda por encima de las posibilidades.