Durante la visita del presidente francés Emmanuel Macron a Nueva Caledonia, aseguró, de manera contundente, que se está viviendo un «movimiento de insurrección absolutamente inédito» por los disturbios que se vienen presentando desde hace más de dos semanas, los cuales han dejado a siete personas muertas y cientos de heridos.
«Nadie lo vio venir con este nivel de organización y de violencia», añadió Macron en una visita a la comisaría de Numea, donde resaltó la labor que vienen realizando los policías para poder intentar contener las protestas que se están presentando.
La intención del viaje realizado por Macron es lograr restaurar la calma «lo antes posible» en Nueva Caledonia, que vive un momento de agitación política y social fuerte. Incluso, el mandatario francés no iba a este archipiélago ubicado en el Pacífico desde hacía un año.
La decisión de arribar a la capital de Numea asombró las personas, dado que la distancia entre París y la isla es de 17.000 kilómetros, lo que también demuestra la gravedad de la crisis que está latente en el territorio, el cual fue colonizado por Francia a mediados del siglo XIX.
1Censo electoral, foco de la crisis que Macron quiere calmar
Desde el Parlamento francés tienen la aspiración a que una nueva reforma del censo electoral en Nueva Caledonia pueda ser aprobada para finales de junio. Este fue el factor determinante que revivió las tensiones entre los pobladores originarios canacos, que se consideran independentistas, y los habitantes leales de Francia.
Los canacos han resaltado en diversas ocasiones que no se sienten escuchados por Francia y que, además, no se pueden tomar directrices sobre cómo manejar un territorio a tantos miles de kilómetros de distancia.
Entre tanto, París envió a tres mil efectivos de seguridad para intentar apaciguar los ánimos y garantizar que la paz retorne de la manera más pronta al archipiélago.