La joven que perdió un ojo por el impacto de un proyectil de foam durante una manifestación por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, en 2021, ha criticado después de que el instructor haya archivado la causa: «Para el juez que está llevando mi caso, mi mutilación es considerada justa porque yo me expuse a ella«.
Lo ha dicho en una carta que ha leído su padre este jueves en declaraciones a los periodistas junto al abogado de la acusación particular, Xavi Muñoz, y la abogada de la acusación popular que ejerce Irídia, Sònia Olivella, después de que ambos han recurrido la decisión del juez de archivar la causa.
«Eso quiere decir que no es seguro salir a la calle a manifestarse. Si eres de izquierdas, si eres independentista, si vas en contra lo que quieren que hagas, acabarás mutilado. Eso parece que nos da a entender el juez», reprocha la joven en la carta, en la que también lamenta que se la haya culpado indirectamente porque el juez afirmó en su auto que la joven se había puesto en peligro al acudir a la protesta con altercados.
PERDIÓ UN OJO TRAS SER ALCANZADA POR UN PROYECTIL FOAM
La chica, que en 2021 tenía 19 años, ha contado en su carta que pasó meses medicada, usando gafas de sol para ocultar sus ojos y con medio a encontrarse una manifestación en la calle.
El abogado de la joven, Xavi Muñoz, ha reclamado que el caso llegue a juicio y reprocha que el instructor haya descartado que hubiera intencionalidad de herirla por el ambiente de tensión, estrés y mala visibilidad, y ha valorado que «la falta de condiciones óptimas para disparar no lo justifica, haría incluso todo el contrario, obligan a abstenerse a disparar según el protocolo, y mucho menos permiten disparar por encima de la cintura».
«La responsabiliza por lo que se llama la autopuesta en peligro. Desde mi punto de vista, esto es una aberración. Es evidente que el agente que dispara a la cabeza de un manifestante debe ser juzgado«, ha añadido el abogado.
UNA VALORACIÓN «PRECIPITADA»
En el mismo sentido, la abogada de Irídia Sònia Olviella cree que el instructor ha hecho una «valoración precipitada e injustificada» de las pruebas en la causa y de la intencionalidad del agente, algo que la letrada ha remarcado que debería reservarse para el juicio.
«No podemos permitir que una chica de 19 años, por el simple hecho de ejercer su derecho de manifestación, llegue a casa mutilada, y aún menos podemos permitir que estos hechos queden impunes», y ha reclamado que estos proyectiles no se vuelvan a utilizar en Cataluña.