El presidente de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, ha anunciado este lunes que deja la primera línea política y que no recogerá el acta de diputado del Parlament tras las elecciones de este domingo.
Lo ha dicho en una rueda de prensa después de los resultados de los republicanos en las elecciones de este domingo, en los que bajaron 13 escaños. ERC ha pasado de los 33 diputados que logró en 2021 a los 20 escaños.
Ya adelantó anoche MONCLOA que Carles Puigdemont y Pere Aragonès habían vivido una larga noche electoral. Los líderes de Junts y ERC, respectivamente, salieron escaldados pese al ascenso del primero en escaños y votos. Y es que, el independentismo ha dado la espalda a la aritmética, la única fórmula de que disponen para mantener a salvo el Govern de la Generalitat en manos independentistas.
De esta forma, todo quedaba en manos de ERC, que deberá decidir entre Illa, oposición constructiva o Junts. Sea como fuere, todo pasará por la calle Calàbria, y el bloqueo queda en manos de Pere Aragonès, quien aseguró que se mantendría en el Parlament hasta que la Ejecutiva de ERC tomara una decisión. «Sopesa irse, pero también cree que puede liderar la remontada», indicaron fuentes de los republicanos.
No obstante, las caras largas de Junqueras y el silencio de Gabriel Rufián mostraban un ruido de sables interno dentro de la sede de ERC. «Aragonès ha perdido la mitad de los votos elección tras elección y confeccionar las listas a su gusto ha sido un error de novato», afirman. Los críticos, además, piden y exigen no solo responsabilidades, sino también actos. «La dimisión en bloque es una forma de admitir el error en esta estrategia suicida», profundizan.
Además, los críticos alzaron la voz. «Se trata del inicio del fin, solo empezó hace cuatro años cuando Junts y ERC dejaron de hablarse». Así las cosas, en ERC preparaban ya su particular carnicería en una lucha entre dos almas muy diferenciadas y los díscolos, apartados, entre ellos cuatro consejeros de la Generalitat. Junqueras y Aragonès tendrían que explicar como Puigdemont les ha devorado por la derecha, mientras Illa les ha arrebatado escaños en sus propios feudos.
Pero hoy Aragonès ha tomado la decisión de apartarse y abandonar su carrera política, al menos en primera línea.
ARAGONÈS DEBE CONVOCAR LA SESIÓN CONSTITUTIVA DEL PARLAMENT
El nuevo Parlament catalán surgido de las elecciones de este domingo se deberá constituir como tarde el 10 de junio, dentro del plazo de 20 días hábiles siguientes a las elecciones, y después, el presidente o presidenta de la Cámara contará con 10 días hábiles para proponer un candidato a la investidura, un plazo que finalizaría el 25 de junio.
En un comunicado este lunes, la Cámara catalana ha explicado que el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, deberá convocar la primera sesión constitutiva de la Cámara a través de un decreto, en la que se elegirá un nuevo presidente o presidenta del Parlament, las dos vicepresidencias de la Mesa y las cuatro secretarías.
La primera sesión de la legislatura estará presidida por el diputado de más edad, asistido por los dos diputados más jóvenes, en lo que se denomina ‘mesa de edad’, hasta que se escoja la nueva Mesa del Parlament.
Para acceder a la plena condición de parlamentarios, los 135 diputados electos deberán entregar en el registro del Parlament la credencial expedida por la Junta Electoral, el escrito de promesa o juramento de la Constitución y del Estatut, la declaración de sus actividades profesionales, laborales o empresariales y los cargos públicos que ejercen, así como la declaración de bienes, que debe detallar su patrimonio.
ARAGONÉS DEBÍA CONVOCAR NUEVAS ELECCIONES SI INVESTIDURA FUESE FALLIDA
Esta documentación la pueden entregar personalmente o delegar la tramitación al personal del grupo parlamentario del que formarán parte.
Para la sesión de investidura, el candidato a presidir la Generalitat necesitará el apoyo de 68 diputados en primera votación y, si no lo consigue, de mayoría simple en segunda votación dos días después.
Si han pasado dos meses desde la primera votación de investidura y no se ha podido elegir ningún candidato, el Parlament se disuelve automáticamente y Aragonès deberá convocar nueva elecciones de manera inmediata para que se hagan en el plazo de 47 días después de la convocatoria, con una campaña electoral reducida a 8 días.