viernes, 22 noviembre 2024

Cataluña y Sánchez se la juegan con un nuevo tripartito o aislar a Puigdemont: «Todo será muy rápido»

Cataluña se juega el reparto de poder en el Parlament y la Generalitat, pero también el resultado afectará innegablemente al Congreso. En esta campaña, PP, PSOE y Sumar han movilizado en mayor o menor medida a todos sus barones, con la excepción de Íñigo Errejón por los fucsias de Yolanda Díaz y Josep Borrell, quien ha pasado completamente desapercibido pese a liderar en 2017 y 2019 los mensajes más contundentes del PSOE contra el independentismo. En el PP, no obstante, no ha faltado ninguno de los llamados a esta cita crucial, donde se espera que el PSC pueda pactar con Junts o ERC, e incluso abrir el escenario inédito de un tripartito entre este trío.

De esto van estas elecciones, por más que Pedro Sánchez y Salvador Illa hablen de un hipotético bloqueo o el ascenso de la extrema derecha, omnipresente en todos los discursos socialistas. Estos ecos no solo favorecen a Salvador Illa directamente por el «miedo» infundado a partidos constitucionalistas, sino también por la división del voto entre los bloques. El PSC se ha empeñado a nombra a Vox y a Aliança Catalana en casi todos los mítines refiriéndose a ambos como «la extrema derecha».

El candidato del PSC, Salvador Illa, con Pedro Sánchez
El candidato del PSC, Salvador Illa, con Pedro Sánchez

Tal es el nerviosismo del PSOE en estas elecciones que ha tenido que acudir Pedro Sánchez incluso en fechas no programadas, como ocurrió el pasado jueves en Vilanova i la Geltrú, en un mitin en el que se repite el mismo mensaje: «O Salvador Illa o bloqueo». Como si de un plebiscito se tratara, como si de dos únicas opciones se tratara, pero es un debate impostado. Cataluña se juega mucho más que la elección entre dos candidatos. De hecho, ninguno de los dos descarta pactar con el otro.

EL PSC DE ILLA Y SU TRIPLE DISCURSO CON SÁNCHEZ

Asimismo, el mensaje del PSC va por barrios y municipios. De cargar contra Junts a afirmar que podría acordar un Govern con Puigdemont bajo una serie de condiciones. En Cataluña este juego tiene un nombre: fer la puta ramoneta. Adular a los indecisos por un lado, y tratar de atraer a los moderados y descontentos de Junts y ERC, por el otro. Todo sin importar después qué acuerdos se alcanzarán. Lo único que cuenta es que Salvador Illa podría ganar, sí, pero está la duda de si la brecha con Junts o ERC será suficiente para desbancar al independentismo.

Alberto Núñez Feijóo y el candidato Alejandro Fernández han endurecido el mensaje en la recta final de campaña.
Alberto Núñez Feijóo y el candidato Alejandro Fernández han endurecido el mensaje en la recta final de campaña.

Los indecisos son la clave en estos comicios. Se estima que hasta un 40% de los posibles votantes escogerá papeleta en el mismo colegio electoral. Y es que, la legitimación de Puigdemont ha jugado una mala pasada al PSC. Por un lado, los socialistas buscan aún pescar en el caladero de Junts, pero la pasada de frenada haría hacer bajar a ERC y los Comuns, con Pere Aragonès y Jéssica Albiach como principales candidatos, respectivamente.

PUIGDEMONT Y ERC, UNA LUCHA ENCARNIZADA

Illa podría ganar, pero no tendrá fácil para gobernar. Para poder alcanzar la Generalitat necesitará un acuerdo con ERC y Comuns, si suma la aritmética al menos para una investidura en segunda vuelta y en minoría; o bien podría haber sorpresas si los independentistas se unen para evitar perder el control de la Generalitat. Por esta razón, el separatismo considera que Salvador Illa no es más que un enviado de La Moncloa para convertir a Cataluña en un satélite, supeditado a los designios de Pedro Sánchez.

Las arengas y mensajes enviados hasta ahora tendrán su resultado político en estas elecciones del 12-M. No serán unas urnas más, sino un plebiscito sobre qué quieren los catalanes y qué posibilidades tienen de conseguirlo. Y es que, son los cuartos en menos de una década, fruto de las tiranteces entre los socios independentistas y el PSC, que ha sostenido a un debilitado Pere Aragonès desde la salida de Junts del Govern.

El candidato de Junts+ a las elecciones al Parlament, Carles Puigdemont, en rueda de prensa este lunes en Argelès-sur-Mer
El candidato de Junts+ a las elecciones al Parlament, Carles Puigdemont, en rueda de prensa este lunes en Argelès-sur-Mer

Estos comicios apuntan directamente a Pedro Sánchez. Si Illa pacta con ERC y deja fuera a Junts, su Gobierno se verá muy debilitado en el Congreso de los Diputados y la ley de amnistía está a la vuelta de la esquina, con una votación el próximo martes en el Senado. No obstante, las negociaciones para el control del poder en la Generalitat comenzarán el mismo domingo por la noche. «Todo será muy rápido», afirman fuentes socialistas y de Junts.

EL PPC DE ALEJANDRO FERNÁNDEZ, EN CONDICIONES DE SUPERAR A VOX

De nuevo, no habrá luz ni taquígrafos, sino la presentación de un acuerdo para intentar al menos aprobar unos presupuestos en 2025 tras la prórroga de los del año pasado tras la negativa de Junts a las cuentas de ERC.

En el bloque constitucionalista también hay dagas voladoras. El PP ha endurecido su discurso en la recta final de campaña para arañar votos a Vox, especialmente con la ocupación ilegal de viviendas y evitar que haya catalanes de primera y de segunda, como viene ocurriendo desde hace 40 años.

Además, Alejandro Fernández ha estado arropado por todos y cada uno de los barones, como Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, como también por Feijóo, quien ha pedido el respaldo a descontentos de ambos bloques para cambiar de verdad el rumbo de Cataluña.

Vox, por su parte, se ha centrado en la inmigración islámica como uno de los principales problemas que asolan Cataluña, mientras Ciudadanos trata de entrar en el Parlament y necesitará el 3% de los votos en alguna de las circunscripciones para lograrlo. Su única baza es Barcelona.

LA CUP Y ORRIOLS, DOS INCÓGNITAS

Yolanda Díaz, por otro lado, ha prescindido de Errejón para el desarrollo de la campaña electoral. La candidata de los fucsias, Jéssica Albiach, se encomienda a los votos para evitar su tercera debacle en apenas cuatro meses. La caída en Cataluña será un hecho, y estos comicios miden las fuerzas que le quedan a los ex de Podemos en Cataluña. La CUP, con Laia estrada, vuelve a los mismos mensajes de siempre, pidiendo un voto de castigo al independentismo por su desobediencia al mandato del 1-O.

Aliança Catalana podría dar la sorpresa. Sílvia Orriols, independentista convencida, juega el papel de Vox dentro del separatismo, con la inmigración como su principal arma. Su granero de votos está en Girona, pero se ha movilizado también por Barcelona y Lleida. Este voto podría ser decisivo a la hora de poder gobernar con un independentista al frente de la Generalitat.