De todas las «amigas» que ha tenido Juan Carlos I a lo largo de su vida, la que menos le gusta a la Reina Sofía es Corinna Larsen. La alemana ha sido y es, la responsable de que su status quo dentro de la familia haya cambiado tanto. Desde hace unos años, su único papel en la Casa Real es el de madre del rey Felipe VI.
Corinna Larsen y el rey Juan Carlos I se conocieron en 2003 cazando en La Garganta, la propiedad que el fallecido duque de Westminster tiene en Ciudad Real. Dicen los que estaban presentes que fue un flechazo del emérito y que pronto comenzó el cortejo de manual. Al año siguiente, en el 2004 Corinna organizaba la luna de miel de Felipe y Letizia. Suponemos que fue así, entre gestión y gestión como la alemana cayó rendida a los pies de nuestro monarca.
De todas las mujeres que han pasado por la vida de Juan Carlos I la única que ha puesto nerviosa a la reina Sofía ha sido Corinna. Por ella, el rey emérito ha cometido los mayores errores que se pueden cometer considerando su posición y responsabilidad con la sociedad española. Corinna fue la responsable del famoso viaje a Bostwana en plena crisis económica. Ese viaje por el cual, Juan Carlos tuvo que pedir perdón a todos los españoles. Corinna, fue la única que se instaló en las inmediaciones del palacio de la Zarzuela para estar cerca del rey durante más de cuatro años.
Pero, además Corinna Larsen es probablemente la responsable del juicio mediático al que está siendo sometido Juan Carlos I en estos días. Un juicio, que con toda seguridad tendrá consecuencias en los tribunales. La alemana ha confesado que el rey emérito le regaló 65 millones de euros «por amor». Dice que fue porque quería recuperarla después de que su relación se hubiera debilitado. De una mujer, cuyo trabajo consiste en cerrar operaciones estratégicas al más alto nivel, parece que no podemos esperar casualidad en ninguno de los pasos que da.
Dicen que Juan Carlos I estuvo a punto de pedirle el divorcio a doña Sofía. En sus ojos de enamorado, veía a Corinna como la mejor representante de los intereses de los españoles. Era – es – guapa, inteligente y habla español. Pero todo se torció, y como en cualquier pareja llegó el desencuentro. Atrás quedan aquellos años felices en los que ambos vivían como si fueran una familia – dicen que el rey emérito llegó a tratar a Alexander, el hijo de Corinna, como si fuera propio.
Lo cierto es todas las informaciones que llegan día a día sobre los negocios del Rey Juan Carlos I ponen en jaque a la monarquía. El principal afectado es Felipe VI, que no hace más que crear cortafuegos para evitar que el tema de las comisiones de su padre salpiquen su reinado. Es probable que doña Sofía esté preocupada por su hijo pero nada más. Al fin y al cabo, ella sabía que esto iba a pasar. De todas las «amigas» con las que su marido «se divertía», Corinna siempre le ha parecido la más peligrosa.