Es el verdadero talón de Aquiles de la legislatura de Manuela Carmena. A su llegada prometió que en tan sólo cuatro meses Madrid estaría limpia. Pero la realidad es que la alcaldesa ha dejado la casa de todos los madrileños sin barrer. Carga el muerto a los contratos con entidades privadas del PP de Botella y anuncia que de ganar las elecciones contratará a 3.000 empleados para arreglar todo lo que no ha hecho en estos cuatro años.
El tema de la limpieza comenzó a ser un quebradero de cabeza para los madrileños hace años, con los gobiernos del Partido Popular, pero ha escalado posiciones desde 2007 para colocarse como la mayor preocupación de la ciudadanía, según se desprende de la Encuesta de Calidad de Vida y Satisfacción con los Servicios Públicos de la Ciudad de Madrid que realiza cada año el consistorio de Carmena.
En el programa electoral de la exjueza estaba recogido «establecer una hoja de ruta para remunicipalizar el servicio de basuras y recuperar la plantilla de los servicios de limpieza y jardinería». Pero la promesa ha caído en saco roto. Algo que no ha sacado los colores a la alcaldesa. De hecho, ha vuelto a realizar una promesa en este sentido si es reelegida alcaldesa: «Contrataré 3.000 empleados de limpieza».
Lo que más molesta a los madrileños es la presencia de excrementos de perros en la vía pública (al igual que en Jaén), seguido por la suciedad en el entorno de los contenedores y las pintadas y los carteles. Los vecinos también suspenden la gestión de Carmena en lo que a la limpieza de calles y aceras se refiere, el estado de parques y jardines, los niveles de contaminación atmosférica y la limpieza en las zonas alejadas del centro. En definitiva, los madrileños no están nada satisfechos con la limpieza urbana y no en uno, sino en todos los aspectos analizados en un estudio realizado por la OCU.
Lo cierto es este problema tiene un origen ‘popular’. Los contratos integrales de limpieza, suscritos en 2013 por la exalcaldesa Ana Botella (PP), provocaron el «blindaje» durante ocho años de una tarea que las principales adjudicatarias (OHL, FCC, Ferrovial y Sacyr) nunca han terminado de cumplir. Aquel concurso público, que permitió al Ayuntamiento un ahorro del 24,4%, fue contrarrestado por las empresas con significativos recortes en sus plantillas, lo que mermó claramente la calidad del servicio.
UN GRAN NICHO DE VOTANTES
Ante esta situación, Carmena observó un gran nicho de votantes que estaban cansados de ver a su ciudad sucia. Pero lo que ha hecho la alcaldesa es sólo mover la basura. Porque Madrid sigue repleta de suciedad, aunque depende del distrito en el que te encuentres. La exjueza ha dejado la casa a medio barrer y ahora cree que necesita otra legislatura para cumplir lo que prometió en 2015.
«Vamos a preparar los nuevos contratos en 2020 porque hay que preparar los pliegos con mucho tiento. No queremos volver a repetir los que llevó a cabo la señora Ana Botella… Se buscó una cosa tan barata que ha sido un desastre», afirma la propia Carmena. Es decir, la alcaldesa sigue poniendo como escudo al Partido Popular, para no admitir que no ha sido capaz de solucionar la cuestión que más ha importado y molestado a los madrileños durante los últimos cuatros años, según estudios del propio gobierno local.
ORGULLOSOS DE UN MAL TRABAJO
Además, lejos de reconocer su error en el abordaje de este problema de limpieza, el equipo de gobierno de Carmena saca pecho por su gestión. En este sentido, Rita Maestre, portavoz del consistorio madrileño, afirma que «los problemas que los ciudadanos han ido identificando estos últimos años siguen siendo problemas pero han mejorado mucho» y expone como ejemplo, precisamente, el de la limpieza, «que es el más mencionado, pero en dos años ha bajado 12 puntos».
Una opinión la de Maestre que no comparte otro compañero, que pasará a ser rival los próximos comicios municipales. Se trata de Carlos Sánchez Mato que en una entrevista en Telemadrid ha reconocido que «Madrid está mucho más sucia de lo que los madrileños se merecen».
Desde la oposición -sobre todo desde las filas de Ciudadanos- también se critica el inmovilismo de Carmena con respecto a este aspecto. De hecho, la formación ‘naranja’ ha llegado a afirmar que sí es posible romper los contratos actuales que mantienen el consistorio con las diferentes compañías privadas. Pero en vez de afrontar esta ruptura, la alcaldesa ha decidido realizar iniciativas como concursos integrales de recogida de colillas, limpieza de colegios por parte de las madres, universitarios limpiando calles… Ocurrencias de una alcaldesa que ha dejado Madrid sin barrer después de cuatro años de mandato.