Cada cierto tiempo, ya sean los animalistas o los ardientes defensores de la lidia del toro retoman el debate sobre los festejos taurinos. ¿Es un arte? ¿Es una aberración? En un momento crítico para muchos sectores, también el taurino, quizás sea adecuado realizar una reflexión profunda sobre lo que suponen las corridas de toros tanto para quienes las defienden como un modo de vida como para quienes encuentran en el acto del toreo una forma de maltrato animal. ¿Con qué argumentos defienden las corridas de toros los taurinos? ¿y los antitaurinos?
En pleno proceso de debate sobre la futura e hipotética ley animal, comprometida por el Gobierno para esta legislatura, podría hacerse extensible la polémica que existe en torno a las corridas de toro a la cualquier otra cría de ganado cuyo fin sea la muerte y aprovechamiento. ¿Es igualmente aberrante criar ganado para convertirlo en carne? ¿Criar perros para caza o para las carreras es igualmente reprochable? ¿Son seres sintientes, como postulan los animalistas?
1¿SON LAS CORRIDAS DE TORO ARTE Y CULTURA?
Los taurinos abogan por defender el aspecto cultural intrínseco a las sociedades mediterráneas del toreo. En Francia, por ejemplo, a nivel nacional, estuvo declarado como patrimonio cultural inmaterial hasta 2016. Para ellos, la lídea es un tú a tú entre el hombre y el animal, un acto de valor y respeto, pero también tiene un componente territorial propio de los animales y los humanos. Y el hombre también puede perder (la vida). Por su parte, para los antitaurinos, ni es cultura, porque no ejercita ningún elemento intelectual del hombre, ni es ético. Pero no encuentran argumentos para rebatir que no se pueda considerar un arte, cuando el arte es por naturaleza subjetivo.