El uso del microondas es muy útil para la mayoría de las personas que no tienen tiempo para cocinar o calentar una comida. Sin embargo, siempre se ha cuestionado su utilización, ya que hay versiones que dicen que provocan enfermedades graves. Ante esto, los científicos fueron desmintiendo algunas de estas afirmaciones, pero hay otras verdaderas que te harán replantear el uso de este electrodoméstico.
El microondas lleva muchos años usándose y muchos de los peligros y riesgos que aparecieron al comienzo, lógicos ante una nueva tecnología, se han demostrado que no tienen fundamento. Pero no todo son noticias buenas, ya que si no se toman los recaudos necesarios puede provocar algo que afecte a nuestro organismo de forma negativa.
El peligro de las radiaciones en el microondas
La radiación que emite el microondas es de las consideradas no ionizantes. Esto quiere decir que es la misma radiación que la de la luz y las ondas de radio. Por lo que es importante corroborar que no haya fugas, ya que puede ser contraproducente. No es solo por un golpe, a veces no nos damos cuenta de que todos los electrodomésticos también tienen su ciclo de vida.
Lo más recomendable es tener un detector de fugas, pero como es muy raro que te compres uno, la manera más sencilla es introducir un móvil en el microondas y llamar desde otro dispositivo. Si sigue bien aislado, nos dirá que el teléfono móvil está fuera de cobertura. Caso contrario debes recurrir a un técnico, ya que se han dado casos de cataratas tras la exposición accidental. Recordemos que nuestro ojo tiene un alto contenido en agua, que se ha calentado mucho en estas personas.
Si no se toman los recaudos necesarios puede provocar algo que afecte a nuestro organismo.
Puede ser una fuente de gérmenes
Cuando se cocina en el microondas, algunos microorganismos pueden sobrevivir y pueden afectar nuestra salud. De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de horno calienta de manera desigual y puede haber puntos donde el calor no llega a destruir las bacterias malas.
Para evitar esto, debes poner los alimentos sin amontonar y distribuirlos por el centro de un plato. Debes agregar siempre algo de líquido y cubrir el plato con una tapa apta para microondas. De esta forma, el vapor concentrado favorecerá a acabar con las bacterias. Para el microondas a media cocción y mezcla o gira lo que estés preparando para asegurarte que consigues calentar todo forma uniforme.
