Los xuixos son una verdadera delicia de la cocina de Gerona, con su exterior crujiente y dorado que esconde un relleno suave y dulce. El proceso de preparación es todo un ritual, llevado a cabo por expertos pasteleros que guardan celosamente sus recetas y técnicas. La masa se se realiza con esmero, se rellena con una generosa porción de crema pastelera y luego se fríe hasta alcanzar la perfección, adquiriendo, luego de freír, ese característico tono dorado y crujiente que los distingue.
Los ingredientes para dar vida a los célebres xuixos que conquistan los corazones de Cataluña son: 375 gramos de harina, dos huevos, 110 mililitros de leche, 100 gramos de mantequilla, 100 gramos, 25 gramos de levadura de panadero, 25 gramos de azúcar, ralladura de naranja y limón y una pizca de sal. Para la crema se necesita un sobre de natillas, dos vasos y medio de leche, dos cucharadas de azúcar, además del aceite para freír.
Prepara estos tentadores xuixos
Para iniciar la preparación de xuixos, comienza disolviendo la levadura en la leche templada, creando un ambiente propicio para su activación. Se mezcla con 100 gramos de harina y se deja reposar en un lugar cálido hasta que la mezcla duplique su volumen, un proceso que infunde a la masa esponjosidad.
Luego, en la mesa de trabajo, se forma una corona de harina, en cuyo centro se depositan los huevos, la mantequilla derretida, la raspadura de limón y naranja, la pizca de sal, y la masa preparada previamente. Con paciencia y dedicación, se añade el azúcar y se amasa hasta obtener una masa fina y homogénea, que servirá como lienzo para esta obra maestra de Girona. Con el rodillo en mano, se estira la masa y se corta en tiras no muy anchas.
Pequeñas joyas doradas y crujientes
Sobre cada tira se coloca generosamente la crema preparada, y con cuidado se enrolla y se sella para asegurar que la crema permanezca intacta durante el proceso de cocción. Después de un breve reposo, los xuixos están listos para sumergirse en aceite caliente, donde se transformarán en pequeñas joyas doradas y crujientes. Una vez fritos a la perfección, se retiran para escurrir y se espolvorean con azúcar, añadiendo un toque final de dulzura.
Pero la magia no estaría completa sin la crema que rellena estos deliciosos pasteles. En un cazo, se calientan dos vasos de leche, mientras que en otro recipiente se combina el resto de la leche con azúcar y el sobre de natillas. Una vez espeso, se deja enfriar, listo para ser el relleno irresistible que completa cada xuixo. Así, con cada paso cuidadosamente ejecutado, se da vida a esta preparación que encarna el espíritu de la cocina catalana y cautiva los sentidos en todo el mundo.