Luis Planas y sus 43 medidas para lograr la paz social del campo dividen a los agricultores. El ministro de Agricultura presentó su documento el pasado Viernes Santo asegurando que había logrado un acuerdo tras las conversaciones mantenidas desde el pasado mes de febrero con las principales organizaciones agrarias.
Ni Asaja ni COAG firmarán el documento, mientras que UPA y Unión de Uniones se han mostrado favorables al texto de Planas. Se trata de una división histórica en el campo español, toda vez que las principales organizaciones habían mostrado su unión a la hora de organizar y coordinar las marchas hacia las principales ciudades de España, como Barcelona y Madrid. Las protestas del campo se realizaron durante semanas y Planas no tuvo más remedio que recular para evitar que la rebelión de la agricultura fuera a mayores.
El Ministerio de Luis Planas ha firmado esta paz con UPA y Unión de Uniones, que dio por buena la medida y llegó a asegurar que habría un cese de las hostilidades, siempre y cuando se cumplieran las condiciones pactadas. No obstante, este ambiente cordial se ha roto ante los comunicados de COAG y Asaja, que muestran una clara pérdida de confianza y no se abordan los verdaderos problemas que sufren los agricultores, especialmente los afincados en Valencia.
Las 43 medidas están encaminadas a la flexibilización de la Política Agraria Común (PAC), de la que dependen todas las ayudas. Si no se cumplen los requisitos, no hay fondos. No obstante, Bruselas se mostró favorable para ablandar en parte la legislación que amenaza con fulminar el campo español y al resto de Europa. Y es que, las protestas recorren de norte a sur todos los países de la UE, especialmente en Alemania, Francia, Holanda y Bélgica.
Los agricultores de Asaja y COAG ponen el foco en dos aspectos clave de las nuevas y peligrosas políticas de Europa, que podrían dejar sin alimento a las grandes ciudades. Por un lado, se centran en la falta de control de los productos importados de terceros países, especialmente de Marruecos, Suráfrica y Latinoamérica, cuyos tratamientos fitosanitarios están prohibidos por la UE, pero se permite su comercialización. Por otro lado, el constante incumplimiento de la ley de la cadena alimentaria, donde el agricultor es el eslabón principal con su producción, pero el más débil a la hora de obtener rendimientos.
PLANAS Y LOS CONTROLES EXHAUSTIVOS DE LA CADENA
De hecho, la estampa más habitual en el campo español es la ingente cantidad de frutas y hortalizas tiradas en la tierra ante los precios que se está dispuesto a pagar. Eso sí, los intermediarios disparan después los precios y su beneficio. En España está prohibido vender a pérdidas, pero la práctica es extendida en este sector. Ante esta situación, los agricultores exigen un control más exhaustivo de toda la cadena.
Planas, además, propuso una reforma de los seguros agrarios, así como bonificaciones especiales en el Impuesto Especial de Hidrocarburos -el gasóleo agrícola- y mejoras de la financiación a través del ICO para movilizar un total de 700 millones de euros.
Bruselas exige que se dé cuenta de cuándo se planta, cuántas plantas y de la cosecha para imponer sus directrices y ahogar a los pequeños productores
Ante la falta de acuerdo, los agricultores de Valencia mantienen las movilizaciones al considerar que las 43 medidas de Planas son «claramente insuficientes», tal y como exponen fuentes de AVA-Asaja consultadas por MONCLOA. «Ninguna de las medidas se encamina a reequilibrar la cadena alimentaria ni tampoco ponen solución a la competencia desleal que hacen países de fuera de la UE», destacan. Asimismo, otra de las principales reivindicaciones es la excesiva burocracia para las pequeñas explotaciones. «Bruselas exige que se dé cuenta de cuándo se planta, cuántas plantas y de la cosecha para imponer sus directrices y ahogar a los pequeños productores», destacan.
PLANAS EXPULSA DE LA NEGOCIACIÓN A QUIEN NO FIRME
La medida, además, están acompañadas de un ultimátum de Planas. Y es que, las organizaciones que no firmen serán excluidas de futuras negociaciones. «Es un chantaje», apuntan las fuentes. «En una democracia no caben estos chantajes», señala el comunicado de AVA-ASAJA.
En una democracia no caben estos chantajes
«Estamos dispuestos a seguir negociando porque quedan muchos asuntos pendientes por hablar, sobre todo en agricultura mediterránea, pero no podemos firmar y traicionar a nuestros agricultores y ganaderos con una propuesta que no nos abre las puertas de un futuro estable con precios dignos», ha destacado la asociación.
«La respuesta de Planas ante las protestas agrarias está muy distante de lo que realmente necesitamos», ha considerado Cristóbal Aguado, presidente de AVA-Asaja. «Además, es inaceptable que el Ministerio para la Transición Ecológica, que también tiene mucho que decir en asuntos importantes como el agua, la fauna salvaje y la lucha biológica contra plagas y enfermedades, no se haya reunido con el sector ni haya ofrecido ninguna medida», ha enfatizado.
LOS PEQUEÑOS AGRICULTORES, FUERA DEL PLAN DE PLANAS
«Mientras el Gobierno central no negocie en base a documentos consensuados en diferentes mesas de trabajo de ASAJA, seguiremos en la calle porque nos jugamos nuestro futuro», han apuntado. Muchas de las propuestas tienen un carácter temporal, como la voluntariedad de cumplimentar el cuaderno digital que la organización agraria insiste en que sea indefinida.
AVA-ASAJA critica duramente a Planas tras dejar aislado a los medianos y pequeños agricultores que perciben menos de 5.000 euros de ayudas directas al año. Esta era una exigencia «unánime», pero UPA se ha mostrado a favor de la misma.
Planas, además, continúa «sin fijar los costes medios de producción por cultivo, manteniendo al productor en una posición de desventaja, sigue sin aplicar inspecciones de oficio ante los contratos en los que figuran costes efectivos inferiores a los costes medios y sigue sin informar de los contratos que se han inscrito en el registro digital».