La familia del fallecido ha solicitado a la Audiencia de Granada el ingreso «inmediato» en prisión por riesgo de fuga del hombre condenado a 16 años de prisión por un delito de asesinato después de que un jurado popular lo declarara en marzo de 2019 culpable de encargar la muerte a tiros en Güevéjar (Granada) del compañero sentimental de su expareja.
Este hombre, identificado como Serafín A.F., permanece en libertad provisional tras la confirmación de la condena impuesta por parte del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y el asunto está pendiente de resolverse en el Tribunal Supremo, según expone el despacho Aránguez Abogados, que representa a la familia de la víctima en este proceso, en el que está personada como acusación particular.
Este despacho de abogados afirma en un comunicado que el procesado ha «intentado salir del territorio nacional el pasado 4 de marzo», cuando sin éxito «intentó fugarse a través de Gibraltar», aunque lo impidió la Policía Nacional de la Línea de la Concepción (Cádiz) tras identificarle en el paso de salida dirección Gibraltar.
El letrado de la familia, Carlos Aránguez, ha retirado nuevamente su petición de «inminente ingreso en prisión» tras estos hechos.
Los hechos, ocurridos a primera hora de la mañana del 21 de agosto de 2017, tuvieron su origen en los «celos patológicos» del excompañero de la novia de la víctima, lo cual le llevó a «idear la muerte» y a proponerle a una segunda persona la realización material del crimen, según sostuvo en su momento la Fiscalía.
Esta segunda persona también fue condenada a 16 años de prisión por asesinato, a lo que se sumaron dos años más por un delito de tenencia ilícita de armas y otro de daños, además de una multa por un delito de hurto de uso de vehículo a motor.
Según el fiscal, forzaron la puerta de un vehículo estacionado en la zona norte de la capital con el que el sicario se trasladó a Güevéjar, donde esperó a la víctima que, «como cada mañana, debía salir para ir a trabajar al campo». Sobre las 7,30 horas «se dirigió hacia él» y le disparó.
La acusación particular consideró insuficiente la pena teniendo en cuenta que el fallecido «fue asesinado en presencia de su hijo menor, que le vio morir en sus brazos, y la frialdad con la que los asesinos diseñaron su plan criminal».
De hecho, la sentencia también le prohíbe acercarse por cualquier medio durante 22 años a los hijos de la víctima, a los que deberá indemnizar en cantidades que van de los 80.000 a los 120.000 euros, de manera conjunta y solidaria con el sicario al que encargó el crimen.