El aceite de coco es uno de los elementos que hemos incorporado a nuestra rutina con la creencia de que es un alimento inofensivo, saludable y que nos ayudará a controlar nuestros niveles de colesterol. Sin embargo, diversos estudios del Instituto de Prevención y Epidemiología Tumoral de la Universidad de Friburgo, en Alemania, han demostrado que este y otros alimentos podrían perjudicar tu salud cardiovascular.
Los científicos destacaron que los elementos que componen en mayor medida el aceite de coco contienen grasas saturadas, equivalente a la mantequilla y a las carnes rojas. Además, aumenta el colesterol LDL, conocido como «colesterol malo», que aumenta potencialmente el riesgo de sufrir de enfermedades del corazón y pulmones. También daña el HDL (colesterol «bueno»), sobre todo cuando se reemplazan con carbohidratos en la dieta, debido al alto contenido de ácido láurico o ácido graso.
Desventajas del aceite de coco
El aceite de coco es muy alto en calorías, lo que significa que ingerirlo en altas cantidades sin disminuir otras fuentes de calorías te podría conducir a aumentar de peso. En comparación a los aceites vegetales, sus beneficios con mínimos, por lo que los expertos recomiendan utilizar diariamente el aceite de oliva, soja o colza, acompañado de semillas de lino, nueces o un puñado de frutos secos como principal fuente de grasas saludables en tu dieta.
Los estudios realizaron por la Universidad de Friburgo calificaron al aceite de coco como un «veneno» para el cuerpo humano y enfatizó que es uno de los peores aceites que un humano puede ingerir. Además, los científicos insistieron en que no existen informes relacionados con el consumo de aceite de coco y beneficios para la salud y composición corporal a largo plazo.
Elementos que arruinan tu dieta
Aderezos: las salsas «ranch», de queso azul y de pimienta cremosos pueden convertir una ensalada saludable y llena de fibra en una comida alta en sodio. En su lugar, usa una cucharada de aguacates, aceite de oliva o yogur y acompañar con otra cucharada de vinagre de tu elección.
Sopas a base de crema: las cremas de champiñones, setas y otras sopas cremosos son cuajadas con harina, por lo que su contenido calórico aumenta. Solo una taza puede contener hasta 400 calorías, el equivalente a una hamburguesa. En cambio, los caldos o minestrones son más fáciles de digerir y contienen menos de 100 calorías por porción.
Patatas: dependiendo de como se cocine, la patata puede ser uno de los mayores enemigos en tu dieta. Una patata pequeña al horno tiene aproximadamente 120 calorías, pero consumir una porción mayor sin que esté acompañada de otras verduras puede sumarte hasta 300 calorías en un solo plato.
Barras energéticas: antes de consumir alguno de estos productos, debes revisar detalladamente la etiqueta, debido a que los envoltorios traen información falsa sobre su contenido nutricional. Debes evitar las barras energéticas que tengan menos de 10 gramos de proteína.