Alejandro Fernández vuelve a resistir la embestida. Alberto Núñez Feijóo ha optado por una decisión salomónica para escoger a su candidato a las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo. El PPC era el único partido político sin cabeza de lista a poco menos de dos semanas de que expirase el plazo. Finalmente, Feijóo ha optado por mantener a Alejandro Fernández, que ha resistido todas las puñaladas lanzadas desde Génova 13 e incluso las llegadas desde sus propias filas.
No obstante, las felicitaciones al nombramiento de Fernández han servido de bálsamo y revulsivo en el PPC, donde se percibe un ambiente más distendido y una apuesta decidida para llevar a cabo la campaña electoral, que dirigirá Dolors Montserrat, quien sonaba como candidata para sustituir a Fernández de llegar a culminarse la fusión con Ciudadanos en estos comicios.
La propuesta de Feijóo tiene ahora que ratificarse en la Junta Directiva Autonómica del PPC, que se celebra este miércoles en Barcelona y a la que acudirá el líder del PP nacional. Al mismo tiempo, también se votará el nombramiento de Montserrat como presidenta del Comité de campaña y del equipo encargado de la gestión y organización para tratar de llegar al 12-M con todas las garantías de éxito, que solo pasaría por obtener el mayor respaldo posible de los votantes, superando a Vox y Ciudadanos.
EL RETO DE FERNÁNDEZ: SER LA CASA DEL CONSTITUCIONALISMO
«El PPC tiene el reto de ser la casa del constitucionalismo en Cataluña», apuntan desde Génova 13, una arenga que tienen marcada a fuego en el PPC. En Madrid, toman este nombramiento de Fernández como «su última reválida, una oportunidad extra» tras las presiones recibidas para echarle u obligar a presentar su renuncia. No obstante, Fernández ha demostrado una firmeza impropia en un político y mantenerse hasta el final, hasta el punto de ofrecer su candidatura o como afiliado de base
Despejado el nombre del candidato y el equipo de campaña, el PP también procederá a designar a la mayor brevedad el resto de integrantes de las candidaturas en las cuatro provincias. Todo ello será ratificado por el Comité Electoral Nacional.
El Partido Popular se marca como objetivo armar una candidatura fuerte que permita la recuperación del PP como formación de referencia del constitucionalismo, toda vez que el PSC ha abandonado ese marco al convertirse en muleta imprescindible del independentismo.
Feijóo no solo no ha acertado en su decisión para mantener a Fernández, sino que ahora obliga a Génova 13 a trabajar para obtener la mejor candidatura posible, una lista que será consensuada y que se presentará después de Semana Santa. Se espera que Lorena Roldán y Daniel Serrano repitan en los primeros puestos, mientras Manu Reyes y Eduardo Bolaños puedan escalar posiciones tras la salida de Eva Parera. No obstante, habrá pelea interna a la hora de escoger a los 10 primeros diputados, los que tendrían posibilidades de salir elegidos de las urnas si finalmente se cumplieran los pronósticos de las encuestas.
EL OBJETIVO DE FERNÁNDEZ: TUMBAR AL SANCHISMO
Frente al PP estará todo el sanchismo del PSC, así como unos combativos Ciudadanos y Vox, que tratarán de frenar la caída que auguran las encuestas. Por ahora, Fernández ha conseguido aunar todos los esfuerzos posibles dentro del PPC, con la presencia de Feijóo en Barcelona, y una Dolors Montserrat que dirigirá la campaña para encumbrar a Fernández a puestos altos. La estrategia se centrará especialmente en Barcelona y Tarragona, pero también en Lleida y Girona, donde el retroceso de Ciudadanos es notable, así como los de Vox.
Con las espadas en lo alto, Fernández tratará de buscar el cuerpo a cuerpo con el separatismo, recordando también a Salvador Illa y su complicidad con los independentistas, con quienes han pactado los indultos, la amnistía y se está abriendo, por más que lo nieguen, a abordar el referéndum y la financiación singular para Cataluña. Y es que, la apuesta del PSC es convertir a España en el ‘procés’, donde la confrontación se hace cediendo ante los independentistas y esperando la airada reacción del constitucionalismo y quienes creen en la unidad de España. El pasado siguiente es presentarse como el árbitro y salvador, como si con ellos no hubiera ido la cosa.
Con esta estrategia, el PSC podría liderar las elecciones, pero a costa de haber resquebrajado la tranquilidad que dio el 155. Y es que, los socialistas votaron a favor de aplicarlo, incluso aceptando el polémico voto de Meritxell Batet, quien se saltó la disciplina de voto para después ser premiada con la presidencia del Congreso.
LA DOBLE CARA DE SALVADOR ILLA
Illa, además, acudió a la manifestación del 😯 de 2017 acompañando a Albert Rivera, Santiago Abascal y a la plana mayor del PP, sin que entonces hubiera críticas a ninguno de ellos. Quien faltó fue Miquel Iceta, en la oposición y liderando a los socialistas catalanes. De ahí, que el PSC se intercambie los papeles en cada ocasión, una muestra de la capacidad de disfrazarse con tal de no perder comba en ninguna de los dos bloques.
Una vez en el Gobierno, el PSC se ha borrado de las manifestaciones constitucionalistas en Barcelona, así como desactivado toda iniciativa para tratar de confrontar al independentismo, hasta el punto de borrar todos los trabajos de España Global y los informes de Exteriores, dirigido por Josep Borrell, en contra de la independencia. La excusa ahora es que los estudios quedaron «obsoletos».