El caso Open Camp se encuentra encima de la mesa de la Fiscalía del Tribunal Supremo tras el recurso de súplica presentado por el empresario Paco Medina, impulsor del proyecto que se instaló en el Anillo Olimpíco de Montjuïc en 2015 y que tuvo que cerrar tras la ejecución del plan preconcedido de Barcelona en Comú en su programa electoral.
MONCLOA.com ha tenido acceso en primicia al recurso suplicatorio ante la Fiscalía del Tribunal Supremo, un documento de 36 páginas en el que se recuerdan, entre otros puntos clave, los motivos «exógenos» por los cuales tuvo que cerrar este espacio y en que los inversores perdieron más de 40 millones de euros. En concreto, fueron despedidos 252 empleados, los 68 proveedores del complejo perdieron 11,45 millones de euros, mientras que los números rojos de los promotores alcanzaron los 30,05 millones.
Tanto Asens como Pisarello incluyeron a Open Camp en la lista negra de «proyectos contrarios al bien común» dentro del programa electoral. Una prueba irrefutable de que desde el Consistorio de la Ciudad Condal se haría cualquier medida con el fin de acabar con el «interés particular en detrimento del interés general o colectivo, normalmente con la voluntad de generar un negocio, de sacar un beneficio económico de cosas públicas o de conseguir condiciones privilegiadas para operar con ánimo de lucro». Junto a Open Camp se encontraban la pista de esquí de La Marina de la Zona Franca, Sagrera Kids, La Marina de luxe del Port, el centro comercial La Maquinista, Heron City, el Hotel Deutsche Bank -convertido después en viviendas de lujo-, y la Red de aparcamientos municipales BAMSA.
Open Camp alquiló el espacio del Anillo Olímpico como ha hecho el FC Barcelona para poder jugar en Montjuïc
«Estos proyectos se han llevado a cabo de manera opaca, sin participación ni un debate público por lo que se hace imprescindible tomar medidas para detener su actividad», afirmaron entonces los Comuns de Ada Colau. Para ejecutar el plan, los morados pusieron al frente a Eloi Badia, Jaume Asens y Gerardo Pisarello, todos ellos en la órbita de Sumar. Pisarello es diputado y miembro de la Mesa del Congreso de los Diputados, mientras que Asens no disfruta de la condición de aforado, pero encabezará la lista de los ‘morados’ a las elecciones europeas.
NO HABÍA OTRA INTENCIÓN QUE DESTRUIR OPEN CAMP
No había otro motivo que esa misma intencionalidad. Según los contratos, no había opacidad alguna. «Open Camp alquiló el espacio del Anillo Olímpico como ha hecho el FC Barcelona para poder jugar en Montjuïc», señala Paco Medina en declaraciones a MONCLOA. «Es el mismo contrato», cambiando las referencias. El FC Barcelona, a su vez, obtiene el beneficio mediante la venta de entradas y de los productos deportivos. El acuerdo se selló después de la salida de los de Ada Colau, Asens y Pisarello del Consistorio, sin que hubiera habido queja alguna por parte de los ‘morados’, a pesar de ir en contra de su propio programa electoral.
Para proceder a la ejecución de este plan, el Ayuntamiento de Barcelona modificó e incumplió el contrato suscrito entre BSM y Open Camp, a pesar de la buena marcha del proyecto. «La entrada por familia era de unos 14 euros por persona», recuerda Paco Medina. Desde el grupo de Asens y Pisarello se aseguraba que llegaba a 21 euros, pero ocultaban que ese era el precio para un ticket individual. «Casi nadie acudía solo a este espacio. Estaba diseñado para las familias y venían turistas en grupo. Era un sector único», destaca Medina.
Asimismo, desde los Comuns de Pisarello y Asens indicaron que no era viable económicamente y que no llegaban a cumplir el objetivo fijado de antemano. Lejos de ello, el proyecto tenía grandes expectativas, sí, pero se cumplían las previsiones. En su primer y único año registró 1,1 millones de personas, apenas 300.000 menos respecto a los 1,4 millones fijados como objetivo para los siguientes cuatro años. Pisarello aseguró que no llegó nunca al millón, según recogen sus declaraciones en Público para valorar la demanda.
Paco Medina, el primero en acogerse a la ley de protección a los denunciantes de corrupción por las posibles represalias que pudieran tomarse desde la política catalana, tan solo tenía el sueño de montar un espacio dedicado a los Juegos Olímpicos, un proyecto que podría ser extrapolable a otros países, algunos de ellos muy interesados.
ASENS Y PISARELLO INCUMPLIERON CON OPEN CAMP
«Vinieron delegaciones, empresarios, posibles inversores, pero no fueron recibidos por ningún representante del Ayuntamiento», ahonda el empresario. No se trataba de una recepción de cortesía, sino que estaba estipulada por contrato si así ocurría. De hecho, en su primera sentencia ante el Tribunal Supremo se indica que hubo un flagrante incumplimiento del contrato y, por tanto, conmina al querellante a abrir la vía civil.
No obstante, en el informe demoledor del Juzgado de lo Mercantil de Barcelona se estipula que la quiebra se debió a factores externos y concreta: «Personas jurídicas y físicas», pero sin dar un solo nombre. Quizá se arrojara más luz si la Fiscalía del Supremo pregunte en Barcelona a qué personas físicas y jurídicas se refiere dicho Juzgado.
Otra de las mentiras difundida por Asens y Pisarello es que detrás de Open Camps estaban «fondos buitre». Nada más lejos. Los 42 millones que costó el proyecto son ahora un quebradero de cabeza para el empresario al ponerlo prácticamente todo de su bolsillo. «Estoy en la ruina», incide. Para un fondo de este tipo, ese montante apenas supone calderilla, más cuando no colocan todos los huevos en la misma cesta.
Paco Medina ha presentado más de 240 pruebas y pide que se dé voz a una veintena de personas, entre las que se encuentra Jaume Collboni, para que testifiquen sobre este caso. En la querella se apunta directamente contra Pisarello, Asens y Badia por provocar el cierre «valiéndose para ello de la empresa municipal BSM y el Comisionado Municipal de Deportes».
Open Camp era el primer parque temático dedicado al deporte olímpico, con un espacio propio para los paraolímpicos, los grandes olvidados por las instituciones. Sin embargo, el Consistorio le prohibió hacer uso del término «parque temático» a la hora de insertar publicidad en los medios, a pesar de que el contrato con BSM indicaba que debía colaborar para fomentar la llegada de usuarios a las instalaciones.
ASENS Y PISARELLO OBLIGARON A ABRIR LAS PUERTAS GRATUITAS
Asimismo, Paco Medina denuncia que el gobierno municipal de Colau, Asens y Pisarello obligaron a abrir el 84% del espacio al público de forma gratuita. Esa medida cercenó toda posibilidad para obtener una rentabilidad. En concreto, se exigió que la zona de la primera planta del estadio fuera gratuita. «Es como si al FC Barcelona tuviera que permitir la entrada gratuita a 84 de cada 100 aficionados a los partidos de fútbol de Montjuïc», sostiene.
En el contrato se estipuló por un plazo de 230 días al año durante 5 años, con el «objetivo compartido de reposicionar y ofertar, de manera integrada, las emblemáticas instalaciones olímpicas convertidas en un gran parque temático dedicado al entretenimiento deportivo».
Atendiendo a la concertación comercial formalizada, basada en aprovechar la enorme afluencia de visitantes y turistas que accedían de manera gratuita hasta el momento al Estadio Olímpico, las empresas BSM y Open Camp dimensionaron primero y se comprometieron después a promover conjuntamente un desarrollo comercial compartido a partir de poder cobrar una entrada para acceder y disfrutar de las modernizadas instalaciones olímpicas reposicionadas como el primer parque temático del mundo dedicado al «deporte gracias a la inversión inicial de 7,6 Millones de euros a la que se obligó y realizó la empresa Open Camp, sin subvenciones públicas ni coste alguno para la corporación municipal».