Un estudio realizado por la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE) sobre los precios de las entradas a los campos de fútbol en Europa determina que nuestro país es el más caro para que las aficiones visitantes sigan a sus equipos, pero además la final de la Copa del Rey es la más cara de Europa con diferencia, y ahí no hay distinción entre locales y visitantes. El documento se ha elaborado con los datos de la temporada 2022-2023. Habrá que esperar al 6 de abril para saber los precios que se cobrarán este año por ver un Atletic de Bilbao vs Mallorca en el estadio sevillano de La Cartuja.
El informe realizado por Fasfe con el título #PagoMáximo analiza la temporada 2022-2023 y el estudio recoge también los precios de la Liga y para ello han recogido los datos de precios de ocho jornadas de Liga en Primera División, además de otros cinco de Segunda y partidos aislados de ambas categorías. Respecto a la Copa del Rey llaman la atención sobre la primera eliminatoria donde se ha llegado a cobrar 30 euros en campos de categorías no profesionales y ponen, como ejemplo, una entrada para el Beasain vs Sporting de Gijón o el Espárrago Huétor Tajas vs Albacete Balompié, un precio que pudiera no parecer disparatado pero que «un importe que se considera a todas luces excesivo» para los precios habituales en esos clubes.
En los campos profesionales de fútbol la media de partidos en ronda de cuartos de final de Copa del Rey tuvo un coste medio de 38,50 euros, con precios comprendidos entre los 19 y los 70 euros. Para Fasfe «más relevante en esta ronda fue el escaso número de entradas ofrecidas a la afición visitante en algunos de los partidos». En las semifinales se registraron incrementos de precio, aunque entre el C.A. Osasuna y Atletic Club de Bilbao hubo un acuerdo en cantidad de entradas (575) y de precio, que era de 50 euros.
La final de Copa del Rey registró un aumento de precios respecto al año anterior. El coste medio de las diferentes entradas para el Osasuna el pasado año fue de 169 euros (51 euros con velocidad reducida), partiendo de un mínimo de 78 euros (39 euros con visibilidad reducida) y un máximo de 221 euros (59 euros con visibilidad reducida).
COPA DEL REY
Mientras estos precios se aplicaban en España, la entrada más barata en la final de la FA Cup inglesa fue de 45 libras (52 euros al cambio), la final de la Coupe de France tenía un precio mínimo de 25 euros, la final de la DFB-Pokal alemana costaba 45 euros y la KNVB Beker de Países Bajos costaba 49,50. Todos ellos precios alejados de los 78 euros mínimos de la final de Copa del Rey española.
Respecto a los partidos de Liga los precios europeos también están por debajo de los españoles. En la Premier League inglesa existe desde la temporada 2016-2017 un tope de precio de 30 libras esterlinas (35 euros al cambio). En las dos divisiones francesas, la Ligue 1 y Ligue 2 existen precios máximos para las aficiones visitantes de 10 y 5 euros respectivamente, mientras que en las dos primeras categorías de los Países Bajos los precios son de 15 y 9 euros, respectivamente.
LA DIFERENCIA DE ESFUERZO ENTRE LA HINCHADA DE NUESTRO PAÍS Y OTRAS ES AÚN MAYOR QUE LA DIFERENCIA DE PRECIOS POR EL PODER ADQUISITIVO
En las dos primeras categorías del fútbol alemán la Bundesliga no existen limitaciones de precios para aficiones visitantes, siendo los precios medios estimados de 15,62 euros. El fútbol español sigue siendo el más caro de Europa para las aficiones visitantes, solo equiparable a los precios de algunos partidos de la Premier League, pero con una gran diferencia de poder adquisitivo entre un aficionado británico y un seguidor español.
Para Fasfe, «si ajustamos los precios de las competiciones extranjeras a su paridad de poder adquisitivo española vemos que la diferencia de esfuerzo económico para acudir al estadio entre la hinchada de nuestro país y las hinchadas inglesa, francesa o alemana es aún mayor que el que indica la diferencia de precios, llegando a su máximo en la final de Copa. El esfuerzo que debe hace el aficionado español para poder asistir a la final de la Copa del Rey casi duplica al de la afición inglesa y triplica los esfuerzos de la afición alemana, holandesa y francesa».