El tomate es una fruta (sí, has leído bien, una fruta) que se ha convertido en un ingrediente indispensable en las cocinas de todo el mundo. Su versatilidad y sabor lo hacen protagonista de innumerables recetas, desde salsas hasta ensaladas, pasando por platos más elaborados. Pero más allá de su conocido valor culinario, el tomate esconde secretos y curiosidades que muchos desconocen. En este artículo, desvelaremos algunos de estos aspectos sorprendentes que te harán ver el tomate con otros ojos.
Originario de América del Sur, este alimento llegó a Europa en el siglo XVI y, aunque inicialmente fue considerado venenoso por su pertenencia a la familia de las solanáceas (al igual que la belladona), hoy es una pieza clave en la dieta mediterránea. Vamos a explorar algunos datos fascinantes sobre el tomate que seguramente desconocías y que te dejarán asombrado.
1HISTORIA Y ORIGEN
El tomate, cuyo nombre científico es Solanum lycopersicum, tiene sus raíces en las antiguas civilizaciones de América del Sur. Los aztecas ya cultivaban y consumían tomates en el siglo VII a.C., llamándolo «xitomatl», que significa «fruta con ombligo». Fue después de la conquista de América por parte de los españoles cuando el tomate cruzó el Atlántico, transformando la gastronomía europea para siempre. Sin embargo, su aceptación no fue inmediata. Durante años, el tomate fue más un objeto de decoración en los jardines europeos que un alimento en la mesa, debido a la creencia de que era tóxico.
Aunque comúnmente se clasifica como una verdura en el ámbito culinario, desde el punto de vista botánico, el tomate es una fruta. Más específicamente, es una baya. Esta confusión se debe principalmente a su uso en la cocina, donde suele acompañar a las verduras en platos salados. La controversia llegó hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1893, que dictaminó que, a efectos arancelarios, el tomate debía considerarse una verdura. Sin embargo, desde el punto de vista científico, el tomate es indiscutiblemente una fruta.