En la cocina española, el flan de huevo es una de esas recetas que evocan tradición, sabor y nostalgia. Este postre, emblema de la cocina casera, ha conquistado paladares por su textura sedosa y su sabor sutilmente dulce. Además, la simplicidad de sus ingredientes y la facilidad de preparación lo han convertido en el favorito de muchas mesas, tanto para eventos festivos como para el disfrute cotidiano.
Aprender a preparar este clásico puede parecer una tarea sencilla, pero cuenta con sus trucos para alcanzar la perfección. En este artículo, desglosaremos el proceso en pocos pasos accesibles para asegurar que este flan no solo triunfe en su sabor, sino también en su presentación.
1LOS SECRETOS DE UN BUEN FLAN
El flan de huevo, con su origen que se remonta a la época romana, ha ido perfeccionándose con los años hasta llegar a las cocinas actuales. El equilibrio perfecto entre huevos, leche y azúcar es clave en su elaboración. Para empezar, seleccionar ingredientes de buena calidad y a temperatura ambiente es esencial para que la mezcla cuaje correctamente. El proceso de cocción, preferiblemente al baño maría, permite que el calor se distribuya de manera uniforme, evitando así que el flan se cocine demasiado por fuera antes de hacerlo por dentro.
Mientras la textura cremosa es un must, los expertos sugieren que el verdadero truco está en evitar la formación de burbujas al batir los huevos, lo que garantiza la suavidad deseada del postre. Un flan exitoso también debe tener ese caramelo acaramelado que no solo endulza, sino que además aporta una capa de sabor tostado y una presentación brillante.