El PP de Alberto Núñez Feijóo respira en Galicia. Los ‘populares’ de Alfonso Rueda han mantenido la mayoría absoluta, aunque se han dejado tres escaños en el camino. La estrategia suicida del PSOE de Juan Ramón Gómez Besteiro, alentando su apoyo al BNG de Ana Pontón, ha tenido el peor resultado de su historia en estos comicios. Rueda ha sacado 40 escaños, frente a los 24 del BNG, mientras que el PSOE se hunde a 9, con un escaño en Democracia Ourensana, que entra por primera vez en el Parlamento gallego.
Feijóo no solo se jugaba su legado en estas elecciones en Galicia, sino también su liderazgo dentro del partido. Y es que, una derrota habría dado al traste con toda su estrategia contra el PSOE, más cuando se ha mantenido el plebiscito entre el Estado de Derecho y la amnistía y la pérdida económica que traería el bloque progresista. La participación se ha disparado en 18,88 puntos en los últimos cuatro años en Galicia, hasta el 67% frente al 48,96%, según los datos ofrecidos por la Xunta de Galicia, con una abstención del 28,94%.
La victoria del PP, con más de 60.000 votos más que hace cuatro años, no estaba en duda en ningún momento, salvo el CIS de José Félix Tezanos, pero tan solo quedaba por conocer quién ocuparía la Xunta de Galicia. La estrategia del PP se ha centrado en mantener su mayoría absoluta con un duro discurso contra el PSOE, que a su vez ha utilizado la estrategia de levantar a Ana Pontón y su BNG, con debates enfocados en el pacto y atacando a Feijóo. Pontón es una de las grandes vencedoras, con sus 25 escaños.
EL ‘HARAKIRI’ DE BESTEIRO
Con esta campaña, el PSOE alimenta dos vías, la del nacionalismo y que tratar de arañar cualquier baile de escaños en alguna de las cuatro provincias de Galicia. En este sentido, los socialistas de Besteiro se han hecho el ‘harakiri’ a propósito, tal y como denunció Emiliano García-Page en esta misma campaña electoral. Evitar dar el cara a cara y disputar el voto de la izquierda ha pasado factura a un PSOE completamente desnortado y enfocado en mantener vivo a los nacionalistas. Con todo, Besteiro ya puede mostrar su récord con el peor resultado de la historia.
Las caras largas de los socialistas en Galicia son una parte más del decorado, más cuando Pedro Sánchez se ha involucrado en la campaña personalmente. Desde Ferraz señalan que el problema era para el PP, con independencia del resultado que tendrían este domingo. La situación para los socialistas es muy delicada ahora, más cuando era el primer enfrentamiento en las urnas desde la pasada investidura de Pedro Sánchez, el pasado mes de noviembre.
El PSOE tan solo se lleva la victoria en tres municipios: Calvos de Randín (Ourense), Negueira de Muñiz (Lugo) y Pedrafita do Cebreiro (Lugo).
FEIJÓO ROMPE LA ESTRATEGIA DE FERRAZ Y HUNDE LA APUESTA DE PEDRO SÁNCHEZ
Feijóo puede ahora sacar pecho ante los suyos en un momento muy complicado y donde un sector de Génova ponía en duda su liderazgo. No obstante, los cuchillos no relucirán en la oscuridad dados los resultados. Y es que, el líder de los ‘populares’ Alfonso Rueda mantenga la mayoría absoluta, que sería la quinta consecutiva del PP.
Más de 2,7 millones de gallegos estaban llamados a las urnas para elegir a los 75 diputados de su Parlamento, pero casi el 18% de ese censo, más de 478.000 personas, habrían podido votar, especialmente en Argentina. Finalmente, han votado el 6,1%, hasta casi 30.000 votos, seis veces más respecto a los 5.404 votos registrados en 2020. Se trata de la participación más elevada en el voto CERA desde 2012.
Galicia ha sido un campo de batalla crucial para el PP de Feijóo, que lejos de mantener ese debate monotemático contra la amnistía, ha mostrado la fortaleza de los ‘populares’, mientras cargaba contra el BNG de Ana Pontón, cuya clave nacionalista, soberanista e independentista podrían dibujar el mismo mapa separatista que en Cataluña, cuya decadencia económica es bien visible con la pérdida de peso en el PIB y quiebra de empresas.
Los votantes de Galicia se la jugaban a un todo o el precipicio, como al que llegaron con el bipartito de 2005 y la caída de Manuel Fraga. El PP de Feijóo estaba pendiente del voto rural, así como el motor de los grandes capitales, donde el PP y BNG tratarán de elevar el liderazgo. En total, 313 municipios y con la mayoría con menos de 5.000 habitantes. Estos municipios pequeños se concentran Ourense y Lugo, las dos provincias más sobrerrepresentadas con la ley electoral de Galicia. Y es que, la norma apunta a un mínimo de 10 escaños por provincia, para un reparto total de 75.
EL PP ARRASA EN LOS MUNICIPIOS DE A CORUÑA, OURENSE, LUGO Y PONTEVEDRA
El PP, por su parte, copa la otra parte de Galicia, con Pontevedra y A Coruña como principales bastiones. Los ‘populares’ no tienen rival en ambas plazas, con más del 50% en casi todas ellas.
Feijóo salía a ganar en Galicia y no solo ha salido con una dulce victoria, sino que ha aplastado al PSOE de Pedro Sánchez, que no ha logrado aupar tampoco la mayoría que tenía Abel Caballero en Vigo. El lema de los socialistas pasaba por hundir a Feijóo y toca ahora reflexión dentro de Ferraz. Y es que, el ‘todos contra uno’ ha movilizado a los ‘populares’ para frenar al bloque.
El BNG, por otro lado, ha logrado romper con la maldición de las mareas, que dejaron a la formación de Pontón en una situación muy comprometida. De hecho, los nacionalistas han obtenido la victoria en la zona de las rías baixas, mientras que las zonas rurales del interior es el PP quien gana. El BNG, por su parte, ha obtenido la victoria en Fene (Lugo); Vigo, Redondela, Soutomaior, Moaña, Cangas, O Grove y Catoira (Pontevedra); y Vilar de Santos, Allariz y Verea (Ourense). En el resto de concellos, es el PP de Rueda quien se ha alzado con la victoria.
La amarga estrategia de Ferraz, además, ha desfondado por completo a Sumar, Podemos y Vox, que se quedan sin representación en esta lucha tan desigual. Feijóo salva su match ball con una mayoría absoluta.
EL PSOE TRATÓ DE EMPONZOÑAR LA CAMPAÑA
El PSOE lo intentó con la amnistía y las supuestas negociaciones de los ‘populares’ con Junts, pero no ha logrado torpedear ni alcanzar a la línea de flotación. Para el líder del PP era una imposición mantener Galicia y con ruido para poder sacar pecho en una nueva semana crucial en las Cortes y en Bruselas. El tirón de Feijóo es mayor que las artimañas de los fontaneros de Génova.
Besteiro se ha convertido así en la muleta rota del BNG de Ana Pontón, como lo ha sido Salvador Illa y el PSC en Cataluña durante décadas con el independentismo. Los socialistas han logrado así empeorar sus números, ya de por sí desastrosos en 2020. El candidato socialista era la apuesta personal de Pedro Sánchez, pero no se ha acercado ni de lejos en las primeras elecciones en las que se han conocido todos los pactos del PSOE con los separatistas.
Para Ferraz era necesario dar la estocada a Feijóo, incluso a costa de perder escaños. Ahora, se encamina hacia la irrelevancia, como ocurrió con el PSC de Miquel Iceta. Los socialistas buscan pasar al segundo plano, manteniendo y sosteniendo gobiernos para desalojar al PP en caso necesario, una reedición de los pactos del Tinell en Cataluña, un cordón sanitario que ya no cuela entre los votantes, que miran ahora con más ojo a quién se vota en las urnas.
El PSOE ya lo ha hecho con el País Vasco, con el pacto con el PNV; en Pamplona con Bildu y lo ha intentado con el BNG en Galicia. Pontón ha arrebatado ahora el liderazgo de los socialistas, mientras Ourense.