Santiago Abascal se ha dado cuenta de que ya no puede perder más efectivos de la formación. Últimamente, las bajas y las crisis internas no le abandona y por eso, la más reciente, la vivida en Baleares por los cinco diputados críticos contra el presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne, y la presidenta de Vox en la comunidad, Cristina de las Heras., dirigidos por Jorge Campos desde su escaño de diputado del Congreso, se ha dado por solucionada. Y se ha solucionado sin que nadie haya sido expulsado. También Campos seguirá como diputado.
Si hubiéramos estado en la anterior legislatura, cuando Vox contaba con más de 50 diputados y todo iba miel sobre hojuelas, seguro que los cinco diputados díscolos hubieran sufrido la manu militari del presidente del Vox.
Pero esta vez el sector crítico balear se ha librado de la expulsión. También es verdad que han tenido que dar marcha atrás a sus pretensiones, y firmar la paz con la dirección nacional. La conclusión es que después de dos semanas de batalla interna, las cosas en Baleares van a seguir como están.
ABASCAL DA POR CERRADOS LOS EXPEDIENTES DE EXPULSIÓN DE LOS CINCO CRÍTICOS
Y están con que Gabriel Le Senne seguirá como presidente del Parlament de la comunidad balear, mientras los expedientes de expulsión a los cinco críticos han sido cerrados, y los dos sectores dentro de la formación balear se han reconciliado.
Ha hecho falta, primero, que la dirección de Vox en Baleares se reuniera con los representantes de la secretaría general de la formación en la que, pese a las jugadas internas, han decidido reconducir la situación «con voluntad de entendimiento», y según han explicado a Madrid «velando por la estabilidad de un gobierno que se ha comprometido con Vox a trabajar por la libertad lingüística».
Lo que antes, durante dos semanas, fue una crisis, según han explicado tras la reunión, han sido «malos entendidos e informaciones distorsionadas». Por tanto, y dado que una vez más los medios de comunicación son responsables de lo que ha ocurrido, la dirección nacional de Vox da por cerrada una crisis, de la que aseguran ha sido «amplificada en buena medida por filtraciones interesadas».
MARGA PROHENS TAMBIÉN HA INTERVENIDO EN LA RESOLUCIÓN DE LA CRISIS INTERNA EN VOX
En la resolución del conflicto también ha tenido que intervenir el propio gobierno de Marga Prohens, cuyo consejero de Educación, Antoni Vera, ha explicado los detalles del plan piloto para la elección de lengua en las aulas. De esta forma traía la paz a Vox, ya que tras este anuncio los representantes de los dos sectores enfrentando de Vox decidieron reunirse y declarar la paz, tras escuchar los cinco diputados críticos asistir a las explicaciones del consejero.
El tema lingüístico había sido una condición imprescindible para apoyar los presupuestos de la comunidad. Un sector, los críticos de Vox, había decidido acelerar esta propuesta pactada con Prohens, que debería desarrollarse a lo largo de los próximos cuatro años. Sin embargo, fuera de todo pronóstico, este objetivo cambió sin consultar tan siquiera a Madrid.
La primera mediación de la presidenta Prohens fue no aceptar la petición de expulsión del grupo parlamentario de los otros dos diputados de Vox, enfrentados a los cinco críticos, Le Senne, que de esta forma mantenía la presidencia del Parlament.
Los letrados de la Cámara autonómica habían visto defectos de forma en esa petición, por lo que no prosperó. En concreto, el informe de los letrados se precisaba que la reunión en la se acordó la expulsión «no fue correcta» porque ninguno de los dos afectados conocía de lo que se iba a tratar en dicha reunión, dado que su expulsión no figuraba en el orden del día. Las razones por las que se pedía su expulsión no importaban.
ABASCAL SIGUIÓ DESDE MADRID LAS DOS SEMANAS DE CRISIS INTERNA
Los cinco diputados expulsaron Gabriel Le Senne, diputado de Vox y presidente del Parlamento balear, y la presidenta de Vox en Baleares, Patricia de las Heras. La ‘excusa’ había sido las discrepancias sobre la lucha de Vox contra la imposición lingüística. La gota que ha colmado el vaso de los autoproclamados como corriente ‘crítica’ ha sido la creación de la Oficina de la Libertad Lingüística en Baleares, para la que ya hay asignada una dotación de 750.000 euros.
Los críticos han llegado a reconocer ante algún medio de comunicación que las instrucciones se las daba Campos, como cuando forzaron al PP votando en contra del techo de gasto para acelerar su propuesta de libertad lingüística. Pero el propio Campos lleva días eludiendo responsabilidades y evitando implicaciones en la rebelión. En Baleares se recuerda que fue de los más críticos cuando ningún miembro de Vox entró a formar parte del Gobierno presidido por el PP, como ha ocurrido en el resto de las comunidades donde ambas formaciones gobiernan en coalición.
Campos, según algunas fuentes consultadas, ha mantenido contacto permanente con el grupo liderado por Ribas, y hasta incluso le han consultado la estrategia a seguir en algunos casos. Por este motivo, nadie se cree que Campos desconociera los pasos que iban a dar los cinco diputados críticos, cuando decidieron expulsar al presidente de la Mesa del Parlamento balear y a la presidenta en Baleares de Vox, notificándoselo a través de un email dirigido al secretario general y recién nombrado vicepresidente, Ignacio Garriga y a toda la cúpula de Vox.
ABASCAL PIDIÓ A CAMPOS QUE ACABARA CON LA REBELIÓN DE LOS CRÍTICOS
Con Campos en la sombra apoyándoles, la justificación que dieron los críticos de su paso fue por «una deslealtad manifiesta de la estructura organizativa de Vox en Baleares con el grupo parlamentario», a lo que agregaban que los dos diputados boicoteaban la actividad parlamentaria de Vox, mientras Le Senne no estaba a la altura del cargo que ostentaba. Y pedían la disolución del Comité Ejecutivo Provincial de Baleares y el nombramiento de uno nuevo.
Ante estos hechos, Abascal pidió a Campos que acabara con la rebelión de Ribas, mientras éste le aseguraba que él no sabía nada. El propio Garriga le exigió que hiciera una declaración pública que le alejaran de las sospechas. De ahí lo que ha escrito en su cuenta de X desmarcándose de la rebelión y defendiendo a la dirección nacional del partido. No obstante, la cúpula de Vox sigue con sus dudas, ya que el diputado, dada su influencia sobre los críticos, no ha frenado la rebelión. Garriga ya ha solicitado al Comité de Garantías del partido la expulsión inmediata de los cinco diputados.
Todo ha acabo en una declaración de paz. Los expedientes han sido cerrados y nadie ha sido expulsado. Vox seguirá desarrollando el programa pactado con el PP en Baleares, aunque no tenga ningún sillón en el Gobierno de Marga Prohens.