La emotiva película que conquistó tu corazón ahora llega como serie a Netflix para enamorar a todos

La magia del cine tiene el poder de tocarnos el alma, y cuando una película logra conquistar nuestro corazón, su historia se queda con nosotros para siempre. Este es el caso de una obra cinematográfica tan emotiva que ha trascendido las barreras del tiempo y el formato, preparándose para renacer en la pantalla chica gracias a Netflix. Inspirada en el folclore anglosajón y la leyenda de San Swithin, que predice 40 días de lluvia o sol según el clima de su festividad, esta serie promete llevarnos en un viaje emocional a través de la música, el amor, la nostalgia y el arrepentimiento.

Con la historia contada en apenas cuatro minutos por el cantautor Billy Bragg, la adaptación a serie busca capturar esa misma esencia que enamoró a tantos, transformando la melodía y la narrativa en una experiencia televisiva que promete enamorar a todos. Este nuevo formato ofrece la oportunidad de explorar con mayor profundidad los personajes, sus historias y el encanto místico de una leyenda que, cierta o no, sirve de telón de fondo para esta conmovedora narrativa.

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Netflix: La conexión con la literatura clásica de David Nicholls

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Al escritor David Nicholls le hicieron falta la inspiración de esa melodía y el recuerdo de haber estudiado a Thomas Hardy para escribir otra historia dramática, a la que tituló Siempre el mismo día. Fue Tess, la de los d’Urberville, la que le inspiró con sus anotaciones de fechas importantes y la que le hizo darse cuenta, a sus 17 años, de que había un aniversario que cada vuelta al sol pasamos por alto, no por desinterés, sino por ignorancia de lo que significará.

Nicholls aprovecha esta reflexión para tejer una narrativa que explora la profundidad de los lazos humanos, el paso implacable del tiempo y cómo los momentos aparentemente insignificantes pueden cobrar un significado monumental en el transcurso de nuestras vidas. Su obra se convierte así en un espejo donde se reflejan nuestras propias experiencias, emociones y, sobre todo, el valor de las segundas oportunidades.

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