La Guardia Civil está indignada porque no se les aplica el mismo protocolo que existe en la Administración General de Estado en los casos de acoso laboral o sexual dentro del Cuerpo. Cuando se denuncian casos, tiene más repercusión sobre la víctima que sobre el agresor, y la prueba es que la mitad de los casos de acoso sexual o por razón de sexo de la Guardia Civil acaban archivados desde que existe el protocolo de 2019. Por eso piden al director Leonardo Marcos González que atienda sus peticiones y no de la espalda a las víctimas.
QUIEREN SER IGUAL QUE OTROS FUNCIONARIOS
En el año 2011, la Secretaría de Estado para la Función Pública aprobó el protocolo de actuación frente al acoso laboral, el protocolo frente al acoso sexual y el acoso por razón de sexo, que afectaba a los funcionarios, pero no así a la Guardia Civil dada la negativa de los generales a aplicarlo, según informa la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
la Guardia civil está acostumbrada a esconder sus vergüenzas debajo de la alfombra
«La Guardia Civil, acostumbrada a esconder sus vergüenzas debajo de la alfombra», no hizo caso a las peticiones de AUGC hasta que, en el año 2013, el director general firmó una primera regulación en la que se mezclaban ambos protocolos y que, en lugar de ser un verdadero catálogo de actuación ante hechos, se limitaba a un conjunto de «intenciones» para seguir vendiendo que en la Guardia Civil no se producen casos de acoso.
Este primer ‘Protocolo de actuación frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo en la Guardia Civil’ se actualizó en 2019 y recientemente ha llegado una nueva actualización. «Sin embargo, y de modo incomprensible, el director general, incapaz de escuchar a las asociaciones, ha dado nuevamente la espalda a las víctimas consumando el abandono que nos distingue del resto de funcionarios», insiste AUGC.
Fuentes de la Benemérita recuerdan que ya en el protocolo de acoso del año 2011 para los funcionarios se establece una garantía de especial importancia, pues las víctimas podrán ser asistidas por cualquier acompañante de su elección, en todo momento a lo largo del procedimiento. Precisamente eso es lo que pedía AUGC ahora, una década después, para equipararse al resto de trabajadores públicos, para que los instructores permitan que la víctima «pueda entrar acompañada a declarar, derecho que en algún caso se nos ha negado».
QUE LA VÍCTIMA PUEDA IR ACOMPAÑADA
Lo solicitó en el pasado pleno del Consejo de la Guardia Civil; que la persona denunciante (y por ello, supuesta víctima) pueda asistir con una persona de su elección y confianza. Pero Leonardo Marcos García «no quiso escuchar a los representantes de los trabajadores y abandonó el pleno del Consejo en cuanto tuvo oportunidad y, desde luego, los generales no están dispuestos a que la víctima pueda ir acompañada de una persona que le apoye y tranquilice», indicas desde la AUCG.
La Asociación destaca que es muy importante que se cumpla con esta petición, puesto que «en los actos a los que debe acudir la denunciante (declaraciones y entrevistas) debe recordar momentos que han sido complicados y más que asesoramiento, necesita el sentirse respaldada y protegida por una persona de su máxima confianza. En unos casos podrá ser un padre, una madre, un hermano o hermana o su pareja».
A juicio de AUCG, la Guardia Civil está más preocupada por ocultar y alegar que no existen casos de acoso en la Guardia Civil, y por eso se ha negado ese acompañamiento. En su lugar, la nueva regulación recoge la posibilidad de que la persona que denuncia vaya acompañada de un guardia civil.
PUEDE IR ACOMPÑADA DE UN GUARDIA CIVIL PERO NECESITA DE UNA PERSONA DE SU TOTAL CONFIANZA
«La decisión es absurda», indica la AUGC, porque en muchas ocasiones, la víctima no estará dispuesta a que un guardia civil que conoce (por amistad) esté presente escuchando todo lo que ha sufrido y lo que le ha pasado (existen incluso casos de violación)».
Para la AUGC está claro que «la víctima no necesita un guardia civil, necesita una persona de su total confianza que pueda escuchar el relato de los hechos, alguien que le agarre de la mano cuando lo esté pasando mal reviviendo los hechos», indican con empatía.
PREVALEZCA EL INTERÉS DE LA VÍCTIMA
La Benemérita quiere que el director, Leonardo Marcos González, cambie de actitud y en vez de dar la espalda a las víctimas «prevaleciendo el interés de la institución (que no salga de aquí) por encima del interés de la víctima», sea al revés. «¿Por qué la persona a la que se le aplica el protocolo de Secretaría de Estado podrá acudir acompañado de una persona de su elección y, sin embargo, si la persona acosada es de la Guardia Civil, debe acudir sin ese apoyo?», cuestionan.
La Benemérita considera que es una propuesta lógica y justa y quieren saber por qué se les impide. Si es por su condición de militar u otro motivo por el que no se les ampara. Cada vez que preguntan la respuesta es el silencio.