viernes, 22 noviembre 2024

El PSOE se arrodilla una última vez ante Puigdemont y Junts: «Habrá propuesta»

El PSOE se niega a modificar la ley de amnistía y mantiene el pulso con Carles Puigdemont, líder de Junts y prófugo de la justicia. Las filas de ambas formaciones están prietas, firmes y en posiciones contrapuestas. Ninguno de los dos quiere dar pasos en falso ni tampoco mostrar otra cara tras el órdago de Puigdemont con su rechazo a la amnistía.

«No se moverá una coma», afirman fuentes socialistas consultadas por MONCLOA.com, siguiendo la línea marcada por Félix Bolaños, ministro de Justicia, quien se refiere al texto de la amnistía como una ley necesaria, constitucional y perfectamente redactada.

No obstante, fuentes cercanas al Ejecutivo consideran que en estos quince días podrían volver a reconducir la negociación constante con Junts, que tiene una hoja de ruta clara: la amnistía para todos -unos 4.000 encausados, condenados, multados y sentenciados– y con una entrada en vigor inmediata a la publicación en el BOE.

LOS ESCENARIOS IMPOSIBLES DEL PSOE DE SÁNCHEZ

Ni Junts ni PSOE se mueven en este punto y el choque parece inevitable, tal y como han transcurrido las votaciones en el Congreso de los Diputados -los decretos de medidas anticrisis y la propia amnistía, con sendos rechazos de los de Puigdemont-. Sin embargo, el problema al que se enfrenta Pedro Sánchez tiene muy difícil solución, que podría pasar por una nueva humillación en la comisión de Justicia del Congreso de los Diputados; o será el turno de la cesión de los irredentos separatistas; o bien avanzar en el principio del fin de la legislatura, el «colorín, colorado» de Jordi Turull, secretario general de Junts.

El prófugo Carles Puigdemont, líder de Junts, pone en vilo de nuevo al PSOE de Pedro Sánchez con la amnistía
El prófugo Carles Puigdemont, líder de Junts, pone en vilo de nuevo al PSOE de Pedro Sánchez con la amnistía

El PSOE se ha encargado de enterrar una cuarta opción, el pacto con la «derecha reaccionaria» y la «fachoesfera» del PP. Ante este escenario, los cambios en la ley de amnistía son muy complejos y complicados. Por un lado, las enmiendas sólo se pueden modificar en caso de que así lo acepten todos y cada uno de los partidos del Congreso -un solo voto en contra invalidaría la opción-; mientras que otra pasaría por hacer decaer toda la ley y presentar una nueva tramitación desde el inicio, aceptando así un nuevo bochorno, que podría prorrogarse hasta pasadas las elecciones europeas.

Asimismo, otro de los problemas del PSOE se centra en el manejo de los tiempos. Los socialistas consideraban un «buena opción» poder presentar la ley de amnistía en el inicio de la campaña gallega, toda vez que su cabeza de lista por Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, ha votado a favor de la normativa de la impunidad.

LOS ESCENARIOS DE SÁNCHEZ PARA MINAR LA FACHOESFERA

Sea cual sea el escenario, en el PSOE consideran que Pedro Sánchez aguantará la legislatura más débil de la Democracia con el mismo espíritu de supervivencia que ha demostrado hasta ahora. En este sentido, consideran que el número tres de Ferraz, Santos Cerdán, junto a Félix Bolaños, el ‘superministro’ arrancarán el acuerdo y el pacto «en tiempo y forma». Para Junts, la situación es muy distinta.

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Pedro Sánchez, líder del Gobierno; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el superministro, Félix Bolaños.

Puigdemont no tiene prisa alguna. Lleva seis años en Waterloo y podría esperar más tiempo, si bien reconocen que es una «oportunidad histórica» para el independentismo. Desde Junts no muestran preocupación con su rotundo rechazo a la amnistía, toda vez que debe ser el PSOE quien deba decidir entre mantenerse firme o volver a protagonizar cambios. «Espero que todo quede como está. Más cambios serían difíciles de asumir. El debate se zanjó con la ejecutiva y ahora toca continuar con los Presupuestos», han sostenido las mismas fuentes.

De hecho, el PSOE ha aplazado la aprobación de los Presupuestos hasta un mes después de conocerse el resultado de las elecciones gallegas por la amenaza de Junts. El mazazo llegaría si los socialistas de Sánchez y María Jesús Montero, ministra de Hacienda, tuvieran que prorrogar las cuentas, aunque Junts también podría pisar el pie del acelerador y escoger la opción menos mala: no votar. De esta forma, las cuentas saldrían adelante tan solo por un voto.

En este sentido, Sánchez no lograría los apoyos de Junts, pero permitiría mantener la legislatura. Sin nuevas cuentas públicas, sería muy complicada aprobar la subida adicional a los funcionarios este año, mientras que sería prácticamente imposible mantener el ritmo de crecimiento este año con las partidas aprobadas en el anterior. Y es que, Bruselas los examinará con lupa y exige recortes para cumplir con las reglas del equilibrio presupuestario, con un déficit no superior al 3% y un mayor control de la deuda.

JUNTS NO CEDE Y EXIGE CAMBIOS CLAROS

Junts, por su parte, mantiene en el centro de las críticas a los jueces ante el silencio estruendoso del PSOE. Ejemplo de ello son las declaraciones de Laura Borràs, sentenciada por trocear contratos para concedérselos a un amigo. La expresidenta del Parlament se perfila como una de las beneficiarias de la amnistía, pero su caso choca de lleno con la prevaricación y falsedad documental.

«Hay jueces que reaccionan preventivamente a esa ley antes de que exista, se están organizando, están haciendo conferencias y están haciendo casi un manual de cómo combatir una ley que todavía no existe», ha afirmado. «Hecha la ley, hecha la trampa, estamos viendo que hay jueces que quieren o pretenden hacer trampa antes de que tengan una ley», ha considerado.

Los irredentos buscan una ley de amnistía con todas las garantías para abarcar todos los casos, sean de la índole que sean, para borrar todo el ‘procés’ y el parón de Cataluña, cuya economía entró en una decadencia sin freno con la salida de más de 7.000 empresas. El PSOE, por ahora, no encuentra la vía para imponer de forma objetiva la vuelta de estas sociedades a Cataluña. Eso sí, trabajan para ello, como obligar a situar las sedes en los centros de producción.