El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha expresado este martes a los gobernantes de Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger y Chad que España está dispuesta a «redoblar esfuerzos» para trabajar contra el terrorismo y por la estabilidad en esta región del Sahel, incluido un refuerzo de los efectivos españoles en la misión EUTM-Malí.
Así lo ha afirmado en su intervención en una Cumbre en Nuakchot que ha reunido a los presidentes del Sahel junto al presidente francés, Emmanuel Macron, y a Sánchez, los dos únicos europeos que se han desplazado para participar. Por videoconferencia han intervenido el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el primer ministro italiano, Guiseppe Conte y la canciller alemana, Angela Merkel.
Que el Sahel haya sido el destino del primer viaje de Pedro Sánchez tras el estado de alarma escenifica la importancia que le otorga a la estabilidad de esta región. Combatir la «barbarie terrorista», frenar los tráficos ilícitos de todo tipo y detener la extensión de la amenaza yihadista hacia el sur del continente son los retos más acuciantes.
La presencia de España en la misión de EUTM-Malí está actualmente en 187 efectivos pero la intención del Gobierno es, cuando sea posible, es regresar a los 300 efectivos que había antes de las últimas rotaciones y del Covid-19, han explicado fuentes del Ejecutivo. Si en 2021 España vuelve a asumir el mando de la misión ello supondrá hacerse cargo de la compañía de protección, con otro centenar de efectivos.
«Lo que nos estamos jugando en el Sahel, y de eso es de lo que hablamos hoy aquí, es la seguridad de todos nuestros ciudadanos, estén al norte o al sur del Mediterráneo. E incluso más allá, pues el riesgo de extensión de esta amenaza hacia los países del Golfo de Guinea es cada vez más real», ha señalado Sánchez en su intervención.
El jefe del Ejecutivo ha comenzado su visita con una reunión con el primer ministro mauritano, Ismail Ould Bodde Ould Cheikh Sidiya, con motivo de la entrega de material sanitario -10 respiradores y medicamentos– transportados hasta Mauritania en el avión oficial. También ha viajado en él a un equipo médico formado por cinco personas que permanecerán una semana en hospitales del país dando asistencia técnica. Mauritania llegó a considerarse libre de Covid a mediados de abril pero en la actualidad los casos superan los 4.000 y hay 128 muertos.
En su discurso, Sánchez ha destacado que la pandemia de Covid-19 ha agravado la «desestabilización en la región, amplificando la vulnerabilidad económica y llevando al límite la resiliencia de las sociedades», mientras los grupos terroristas han intensificado sus ataques. En la región operan el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), la filial de Al Qaeda, y los de Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), que además se enfrentan en la zona fronteriza entre Malí y Burkina Faso, que está ‘importando’, cada vez más, la inestabilidad de su vecino.
4.000 MUERTOS POR TERRORISMO EN 2019
Según cifras de la ONU, en 2019 murieron en ataques terroristas al menos 4.000 personas en Burkina Faso, Malí y Níger, cinco veces más que en 2016. En este contexto, africanos y europeos pusieron en marcha en 2019 una «Coalición Sahel» para tratar de dar más eficacia a todos los esfuerzos, ya sean militares, de desarrollo o de seguridad.
Dentro de esa coalición, la «Alianza Sahel» aglutina las iniciativas en el ámbito de la cooperación al desarrollo. La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, acaba de ser elegida presidenta de su Asamblea General por un año.
QUE EL ESTADO ESTÉ PRESENTE EN TODO EL TERRITORIO
El primer desafío es, en palabras de Sánchez, lograr que en esta región «el Estado vuelva a estar presente en todas aquellas zonas donde ahora es débil» para que pueda cumplir con «su primera tarea, que es la de proteger a sus ciudadanos» y para «acabar con el nexo entre terrorismo y el crimen organizado que se sostiene desde el tráfico transfronterizo de seres humanos».
En este punto, ha agradecido a los gobiernos «todos los esfuerzos que están realizando para contribuir a un control y gestión cada vez más eficaz de los flujos migratorios en su calidad de países de tránsito». Mauritania es uno de los socios más antiguos de España en el control de las migraciones y, al mismo tiempo, un receptor de cooperación.
En vista de la inestabilidad en la región, ha subrayado que ha llegado la hora de «dejar de ser reactivos» y «pasar a ser preventivos», sobre todo en los países más allá de la frontera sur del Sahel, es decir, trabajar con Senegal, Costa de Marfil, Ghana o Nigeria, y tener en cuenta el potencial de organizaciones como la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). «Cuanto más se extienda la amenaza de los radicales, más fuertes se harán, más complicado será frenarles y más recursos financieros y humanos tendremos que destinar a luchar contra ellos», ha avisado Sánchez.
«Desde España no nos cansaremos de repetir que su seguridad es nuestra seguridad «, ha insistido. Junto a la participación militar en EUTM-Malí, España lidera el Proyecto GAR-SI Sahel, un proyecto europeo que ejecuta la Guardia Civil, para reforzar las capacidades de las Gendarmerías de los países del G5 y Senegal, o apoyando a la misión francesa Barkhane y MINUSMA -la misión de la ONU– con aviones en Dakar.