La ministra de Igualdad, Ana Redondo, se encuentra nuevamente en el centro de la controversia, esta vez enfrentándose a las críticas de las activistas del feminismo clásico. Tras la reciente polémica generada por las concentraciones de los colectivos trans en protesta por la incorporación de Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres, ahora es el feminismo tradicional el que busca encender la mecha de la titular de la cartera ministerial.
La situación se torna cada vez más compleja para Redondo, quien, a pesar de sus esfuerzos por promover políticas inclusivas, se ve atrapada en un tenso equilibrio entre las diversas corrientes feministas. Las activistas del feminismo clásico, en su mayoría representantes de generaciones pasadas del movimiento, han expresado su descontento con las decisiones recientes del Ministerio de Igualdad.
ACTIVISTAS FEMINISTAS MANDAN UNA CARTA A ANA REDONDO
Activistas afines al feminismo clásico han dirigido una carta a la nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, expresando su descontento por la presencia de una bandera del orgullo trans en la fachada de la sede oficial del Ministerio. La carta, enviada, alega que esta exhibición es «contradictoria con la misión» del Ministerio de defender los derechos de las mujeres y solicita la retirada inmediata de la bandera.
La plataforma Alianza contra el Borrado de las Mujeres, firmante de la carta, argumenta que la presencia de la bandera trans no es acorde con la simbología oficial y que va en contra de los principios de objetividad y neutralidad de las administraciones públicas. La Alianza se respalda a través de una sentencia emitida por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo en junio de 2020, la cual establece que la exhibición de banderas no oficiales en edificios y espacios públicos no es compatible con el marco constitucional y legal vigente.
Los edificios oficiales deben limitarse a mostrar únicamente los símbolos oficiales, y cualquier desviación de esta norma se considera incompatible con el deber de objetividad y neutralidad
Según la sentencia, los edificios oficiales deben limitarse a mostrar únicamente los símbolos oficiales, y cualquier desviación de esta norma se considera incompatible con el deber de objetividad y neutralidad de las administraciones públicas. La Alianza utiliza este dictamen para argumentar que el Ministerio de Igualdad está violando esta doctrina al mantener de manera estable el despliegue de la bandera trans en su fachada.
La carta, enviada directamente a Ana Redondo, insta a la ministra a rectificar la exhibición de la bandera trans y a respetar los principios establecidos por la sentencia del Tribunal Supremo. Además, destaca que esta acción no busca menospreciar la lucha de los colectivos trans, sino garantizar el respeto a los protocolos oficiales en el ámbito de las instituciones gubernamentales.
La polémica en torno a la exhibición de la bandera trans en el Ministerio de Igualdad resalta los desafíos que enfrenta la ministra Redondo para conciliar las diversas perspectivas dentro del feminismo y mantener una postura que resuene con todas las corrientes de la lucha por la igualdad de género. Queda por verse cómo responderá la ministra a estas críticas y si tomará medidas en relación con la presencia de la bandera trans en la fachada del Ministerio.
USAR LA BANDERA TRANS IMPLICA LA «ADSCRIPCIÓN A UNA IDEOLOGÍA», SEGÚN LA ASOCIACIÓN FEMINISTA
Según las feministas clásicas, la presencia de esta bandera implica una «adscripción a una ideología» que niega la existencia real del sexo, sustituyéndolo por la identidad de género autopercibida. En una carta enviada al Ministerio, estas feministas clásicas solicitan a Ana Redondo una «mínima de coherencia competencial» con el objetivo de «fomentar la igualdad entre mujeres y hombres». Consideran que la exhibición de la bandera trans en el ministerio, perteneciente a un «movimiento social minoritario», prevalece sobre la simbología referente a cuestiones cruciales como la lucha contra la violencia de género.
La asociación argumenta que la bandera trans representa un movimiento que reclama derechos que, según ellas, pueden contradecir los derechos de las mujeres. Encuentran «absolutamente inaceptable» que, dentro de las áreas competenciales del Ministerio, se destaque públicamente la simbología vinculada a una dirección general en particular, mientras se desatiende la representación de otras cuestiones como la igualdad racial, la lucha contra el machismo criminal y la igualdad de género.
Las feministas clásicas sostienen que la situación actual contradice el mandato del Tribunal Supremo, que establece que los edificios oficiales deben limitarse a mostrar símbolos oficiales. Además, expresan su desconcierto ante la falta de consenso y representación en la fachada del Ministerio, subrayando que la actual exhibición no se ajusta al principio de consenso que debería acompañar la exposición temporal de símbolos no oficiales.
Este nuevo episodio en la polémica en torno a la simbología en el Ministerio de Igualdad destaca la complejidad de gestionar las diferentes perspectivas dentro del feminismo. Queda por ver cómo responderá la ministra Ana Redondo a esta demanda y si tomará medidas con respecto a la exhibición de la bandera trans en la sede ministerial.
El ORIGEN DE LA BANDERA TRANS
La bandera trans que ahora genera controversia en el Ministerio de Igualdad tiene su origen en la época en que Irene Montero lideraba la cartera ministerial. Diseñada por la activista trans estadounidense Monica Helms en 1999, la bandera consta de cinco franjas horizontales, cada una con un significado particular.
Dos franjas de color azul claro, según la explicación de Helms, simbolizan el color «tradicional» asociado a los bebés niños. Del mismo modo, otras dos franjas de color rosa representan el color «tradicional» atribuido a las bebés niñas. La franja central, de color blanco, tiene un significado especial, simbolizando a quienes están experimentando un cambio de género, se consideran de género neutral o indefinido.
La presencia de esta bandera en la fachada del Ministerio de Igualdad ha sido motivo de críticas por parte de las activistas del feminismo clásico, quienes la consideran inapropiada y contraria a la misión del Ministerio de defender los derechos de las mujeres. La carta enviada por la plataforma Alianza contra el Borrado de las Mujeres resalta la contradicción entre la exhibición de esta bandera y la larga lucha contra la violencia de género.
Es importante señalar que la bandera fue izada durante la gestión de Irene Montero como ministra de Igualdad, y ha permanecido en la fachada de manera estable desde entonces. La controversia actual pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la actual ministra, Ana Redondo, al tratar de conciliar las diversas perspectivas dentro del feminismo y abordar las críticas de aquellos que consideran que la exhibición de la bandera trans no se alinea con los objetivos fundamentales del Ministerio. La discusión sobre la simbología en la sede ministerial destaca la necesidad de un diálogo abierto y constructivo en torno a la representación y la visibilidad de diferentes identidades en la lucha por la igualdad de género.