Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Salvador Illa han validado por primera vez la xenofobia de Junts. Hasta ahora, el discurso de Carles Puigdemont era visto como de «odio y xenófobo», tal y como expresó el presidente del Gobierno el 17 de febrero de 2021, justo en la recta final de las elecciones autonómicas catalanas.
A raíz de las expresiones de algunos candidatos de Junts, Pedro Sánchez llegó a asegurar que algunos de la lista separatista no se quedaban atrás a la hora de rivalizar con Vox por el discurso de la inmigración ilegal, un grave problema que asola Cataluña y con el que llegaron al Parlament los de Santiago Abascal.
«La sociedad quiere orillar expresiones de extremismo, xenofobia y odio de Vox», afirmó entonces Sánchez justo antes de señalar que «destacados miembros de la candidatura de Junts no se quedan atrás». «Eso se lo tienen que hacer ver», afirmó con solemnidad Sánchez a la hora de rematar su discurso en la Cámara Baja.
PSOE Y PSC, MIMETIZADOS CON JUNTS PARA CAPTAR VOTOS
Pero de nuevo, el PSOE y el PSC se aferran a la memoria de pez de los votantes españoles, más centrados en llegar a fin de mes que en la tribuna de oradores del Congreso. Para volver a hacer de la necesidad virtud, el PSOE vuelve a aceptar que mintió una vez más y ha pactado con Junts la entrega de la competencia de inmigración, que se realizará con rango de ley y dejará a la Policía Nacional sin la exclusividad en Cataluña. Todo a cambio de los siete votos de Junts. El acuerdo, además, esconde que la Generalitat tendrá la potestad para expulsar de Cataluña a aquellos migrantes con antecedentes policiales.
Legalmente, el PSOE no puede transferir esta competencia a una autonomía. Para ello debe redactar una nueva normativa y esperar su tramitación en el Congreso de los Diputados. En Junts, por su parte, esperan esa nueva ley y que sea ERC quien deba aplicarla, a pesar de ir en contra de toda la ideología republicana. Los liderados por Puigdemont consideran que Cataluña debe acoger migrantes, pero siempre bajo estrictos criterios de población, no más del 16% de los repartidos por el Estado, como si de mercancía o residuos radioactivos se tratara.
El PSOE de Pedro Sánchez y el PSC aceptan el envite, con el apoyo de Sumar, que deberá explicar a los suyos por qué se abstuvieron en el Parlamente en el Debate de Política General del pasado mes de septiembre y ahora votan a favor de una medida más propia de Vox y ahora de Junts.
PEDRO SÁNCHEZ E ILLA CELEBRAN LA EXPULSIÓN DE MIGRANTES
Esta misma semana, el PSOE, con el aplauso del PSC de Salvador Illa y el apoyo de Sumar, liderado por Yolanda Díaz, han roto con esta denuncia para blanquear la xenofobia de Junts con la entrega de las competencias de inmigración. Illa recibió la cesión como un logro, a pesar de votar en contra de esta misma medida en el Parlament de Cataluña.
No obstante, ERC mantiene el sentido común y la cordura y considera este hecho como un regalo envenenado, más cuando la formación liderada por Oriol Junqueras y Pere Aragonès se ha mostrado más favorable a acoger a todas las personas llegadas desde el extranjero, sin mirar los antecedentes policiales ni tampoco el aumento de la inseguridad y violencia. De hecho, los republicanos afean a quienes osen vincular la delincuencia con la inmigración, como indican Vox y Junts, de forma más abierta y sin ambages.
La exigencia de Junts no es nueva ni tampoco ha dado a conocer su lado más xenófobo. Desde Jordi Pujol a Puigdemont, el discurso contra extranjeros y venidos de otras Comunidades Autónomas se ha sucedido en la derecha catalana, ahora integrada por el PSOE en el bloque progresista, como Sumar, Bildu, BNG y ERC. Estas grandes diferencias entre los partidos se han tratado de ocultar en todo momento, para señalar al PP y Vox como fuente de todos los problemas que asolan España y alimentan la polarización.
EL PSOE TRASPASA UNA NUEVA LÍNEA ROJA
No obstante, el PSOE ha abandonado toda ideología y traspasado todas las líneas rojas al alinearse con postulados contrarios al Estado y a España, como entregar los indultos, rebajar el delito de malversación y eliminar el de sedición. Asimismo, entregará la amnistía y suprimirá el delito de injurias a la Corona y a los símbolos de España, delitos por el que ha denunciado a los promotores del linchamiento de un muñeco en las cercanías de Ferraz durante la pasada Nochevieja.
El discurso xenófono de Junts, blanqueado por el PSOE, PSC y Sumar, no es nuevo y se realiza en un momento de presión contra ERC para convocar elecciones autonómicas en Cataluña. En este sentido, los separatistas tratan de aglutinar el voto de Aliança Catalana, ganadora en Ripoll en las pasadas elecciones municipales con un discurso antiinmigración, especialmente contra los musulmanes e islámicos.
Todo ello, para tratar de contentar a la extrema derecha catalana, que no acepta la integración de migrantes y menos que se les denomine catalanes. Pujol definió en su día que era ser un «buen catalán», residir en Cataluña, trabajar y querer serlo, ahora Junts solo acepta a quienes tienen sangre de pura raza, al menos así lo considera una parte significativa de la formación.
Esta muestra de catalanidad es, como todo el independentismo y nacionalismo catalán, como Junts, PSC y ERC, excluyente con quien no utilice la lengua propia. Muchos de ellos niegan ser racistas, pero todos imponen su cultura y lengua para repartir después los carnés de buenos y malos catalanes.
EL PSOE DE PEDRO SÁNCHEZ Y EL ERROR DE PACTAR CON JUNTS
La inmigración, especialmente la islámica, será uno de los caballos de batalla en derecha catalana, una batalla entre Junts y Vox, así como Aliança Catalana, que tratará de dar el salto al Parlament tras su victoria en Ripoll. En Cataluña ya lo logró Plataforma Per Catalunya, cuyos exdirigentes han recalado en Vox y las formaciones separatistas.
El PSC mostró su preocupación por este auge, pero ahora blanquea este discurso y permite a ERC tomar la voz cantante para levantar otro muro de contención. La expulsión de los multirreincidentes es solo el principio para asentar la idea de una Cataluña pura, libre de sangre contaminada y por supuesto con el uso de la lengua propia como elemento de cohesión.
Es el mismo discurso que suelta Jorge Buxadé en todos los ámbitos en los que habla. El dirigente en la sombra de Vox tiene rivales en este sentido en Cataluña, como pasa en el País Vasco con el PNV. Este mismo mensaje ha calado profundamente en el resto de Europa, con ascensos vertiginosos en los partidos que lo han implementado en sus programas electorales y en detrimento del socialismo, reducido a cenizas en naciones como Francia o Grecia. El PSOE de Pedro Sánchez ha puesto ahora una peligrosa piedra al vincularse directamente con partidos como Vox, pero independentistas.
