La periodista Inés Martín Rodrigo da voz a más de una treintena de autoras a través de entrevistas y conversaciones recopiladas en ‘Una habitación compartida’ (Debate) con las que busca ofrecer «una idea más certera de lo que ha significado y significa ser escritora, pero, sobre todo, ser mujer».
De Jeanette Winterson a Lorrie Moore, pasando por Siri Hustvedt, Rosa Montero, Alma Guillermoprieto, Svetlana Alexiévich, Isabel Allende, Margaret Atwood o Maryse Condé, las páginas de este libro indagan en la relación entre las letras y las mujeres, en una compilación ordenada cronológicamente de la artista más joven –Carmen María Machado (1986)– a la más mayor –Ida Vitale (1923)–.
«El feminismo, cuya definición exacta es ‘principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre’, por mucho que algunos se empeñen en desvirtuar su significado, no lo inventamos ayer, y la genealogía de grandes escritoras que tenemos a nuestras espaldas es el espejo en el que debemos mirarnos las generaciones que hemos llegado después si queremos que nuestro reflejo no nos engañe», explica la autora en una nota del libro.
El punto de partida –tal y como se aprecia en el guiño del título de la recopilación– es el de la escritora Virginia Woolf, con una frase con la que instaba a la «rebelión» de las escritoras. «Démosle otros cien años, démosle una habitación propia y quinientas libras al año, dejémosle decir lo que quiera y omitir la mitad de lo que ahora pone en el libro y el día menos pensado escribirá un libro mejor», escribía la autora británica.
Ahora, Martín Rodrigo trata de hacer una radiografía de la situación actual de las mujeres a través de estas conversaciones, reconociendo que se lo han «puesto difícil». «Y lo siguen haciendo, porque es muy complicado zafarse de tantos siglos de educación machista y romper las reglas de una sociedad patriarcal en la que las mujeres seguimos siendo la excepción en las juntas directivas y en los consejos de administración», lamenta la autora.
De las entrevistas con escritoras, la periodista extrae reflexiones como las de la Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, Siri Hustvedt, quien lamenta que «una de las grandes ocultaciones de la tradición filosófica occidental sea la madre». «La negación del origen es muy importante en la misoginia: negamos que venimos del cuerpo de una mujer», explicaba la autora de ‘El verano sin hombres’.
Otro ejemplo es el de la periodista y escritora Rosa Montero, quien se reconoce en estas páginas como «feminista o antisexista», si bien añadiendo que detesta «la literatura militante, porque es la traición de lo que es el sentido de escribir».
«Gracias a ellas, a las palabras que leí en sus libros, pero también a las que escuché en nuestras conversaciones –siempre he pensado que una entrevista es una charla, nunca un interrogatorio– soy mejor periodista y, espero, mejor escritora», confiesa Martín Rodrigo.
‘Una habitación compartida’ cuenta también con prólogo del escritor Enrique Vila-Matas, quien celebra cómo se explica en el libro «de una forma extraordinariamente entretenida qué es una habitación y por qué ésta en realidad es, por méritos propios, una palabra que es puro patrimonio de las escritoras».