José Manuel Albares afronta otra negociación dura. Esta vez es el aeropuerto de Gibraltar, convertido en una de las principales negociaciones entre Reino Unido y la UE tras materializarse el Brexit. El ministro principal del Peñón, Fabian Picardo, oculta deliberadamente los detalles de estas conversaciones en las que se fijarán las bases para regular el trasiego de personas y mercancías desde y hacia la colonia británica.
El tiempo corre en su contra dado que el próximo mes de junio concurren las elecciones europeas y un cambio de color significativo puede derivar a un endurecimiento de las condiciones sobre el Brexit, toda vez que un nutrido grupo de eurodiputados, así como partidos de corte proteccionista, tratarán de cortar de nuevo las alas a los ingleses, al más puro estilo de Margarita Robles, ministra de Defensa.
Para Picardo, la fecha límite es antes del 6 de junio, cuando tendrán lugar estos cruciales comicios para el futuro aéreo de Gibraltar. La clave de la negociación es el uso compartido del aeródromo de una sola pista y que cruza por el medio del Peñón. El Gobierno de la colonia se niega a acceder a esta petición del Ejecutivo de Pedro Sánchez, cuyo titular de Exteriores ha admitido las discrepancias sobre este espinoso asunto. Según José Manuel Albares, hay «diferencias en la fórmula para el uso compartido», una declaración que se produjo tras reunirse con el exprimer ministro y ministro de Exteriores británico, David Cameron.
PICARDO EVITA LA LUZ Y TAQUÍGRAFOS EN LA NEGOCIACIÓN
Para Picardo, este asunto es secreto de Estado, un tema en el que es crucial la discreción para llegar a un acuerdo entre ambas partes y en la que todos ganen. No obstante, el aeropuerto se ha hecho ganando metros al mar, a pesar de que los tratados firmados entre ambos países no contemplan este escenario, ya que el Peñón debería de carecer de cualquier control sobre las aguas tal y como se firmó en Utrecht.
«No hemos dicho en ningún momento cuáles son los detalles de la negociación, creo que no es procedente hacerlo», afirmó Picardo, para quien es «importante» ser discretos «porque en esa discreción está la oportunidad de llegar a acuerdos» que sean buenos para ambas partes y en los que todos ganen.
En su opinión, si se entra en detalles a cada momento de la negociación, entonces la ciudadanía empezaría a opinar sobre «cómo debemos de gestionar el siguiente paso y eso no nos permitiría llegar a un acuerdo».
GIBRALTAR UNE SU DESTINO A LAS EUROPEAS
El ministro principal gibraltareño ha reconocido que «ahora se acerca otra fecha límite» con la celebración de elecciones al Parlamento Europeo en junio y ha defendido que «esto debe solucionarse antes».
Picardo tiene prisa para cerrar lo antes posible esta negociación, pero nunca son buenas compañeras, más cuando Albares tiene la necesidad de presentar un buen acuerdo ante Pedro Sánchez tras el estrepitoso fracaso en la implantación del catalán en las instituciones europeas, una exigencia incumplida en el acuerdo del PSOE con Junts y ERC. Aún así, ambas formaciones independentistas han pasado por alto este tropiezo del Ejecutivo, que hubiera costado a las arcas públicas más de 120 millones de euros.
Cameron es la única y gran baza que tiene ahora mismo Gibraltar y Robles tampoco está por la labor dejar hacer y deshacer a su antojo a la colonia británica
Picardo trata de ganar tiempo en esta negociación, pero Albares no tiene margen para errar otra vez ante su jefe de filas. Si bien, ambos mantienen el puesto tras las respectivas elecciones, ahora el encargado de negociar es un experimentado Cameron, quien ha llevado las riendas de todo un país como Reino Unido. Es la única y gran baza que tiene ahora mismo Gibraltar y Robles tampoco está por la labor dejar hacer y deshacer a su antojo a la colonia británica, como se ha visto hace unas semanas al impedir la salida de aviones de combate al sobrevolar espacio aéreo español.
GIBRALTAR ESPERA UN MAYOR RÉDITO DEL PSOE
La petición de Gibraltar pasa por crear una zona logística de entrada y salida al Mediterráneo, pero España tiene otros intereses importantes, como el cercano puerto de Algeciras, principal puerto marítimo de la zona, y el aeropuerto de Málaga. Estos intereses deberán prevalecer en la negociación antes de dar cualquier privilegio al Peñón.
De hecho, Gibraltar no tiene nada que perder en las conversaciones. Toda vez se puede mantener como está, provocando altercados con los marineros y pescadores en aguas españolas, así como ser el centro neurálgico del póker online. Además, Gibraltar siempre ha sacado rédito con los Gobiernos del PSOE, más proclives a entregar los intereses de España a terceros antes que defenderlos, como está ocurriendo con los separatistas catalanes y vascos e incluso con Marruecos.
Así las cosas, un cambio en el Ejecutivo impediría a Gibraltar alcanzar acuerdos de calado. El propio Picardo afirma que es más complicado con un Gobierno del PP, como ocurrió con José Manuel Margallo, quien causó más de un problema al Peñón tras el Brexit.