Pedro Sánchez ha preparado un Gobierno para dar la gran batalla a la derecha. La guerra abierta contra el PP y la «derecha reaccionaria» centra todas las preocupaciones, pero el verdadero plan del PSOE es fagocitar a Sumar. Para ello, necesita irremediablemente mimetizarse con el discurso de Podemos, como ha venido haciendo durante la anterior legislatura, mientras hace alianzas con Yolanda Díaz para comerse a los ‘morados’ de Pablo Iglesias, Ione Belarra e Irene Montero.
Pablo Iglesias ha advertido por activa y por pasiva sobre esta estrategia del PSOE. Lleva años avisando que el PSOE tratará de acorralar a Podemos, pero cometió el error de ascender a Díaz a la cúpula. Con este ascenso y tras las buenas migas de Sánchez con la líder de los ‘fucsias’, Podemos quedó relegado al ostracismo. Vetado en el Consejo de Ministros, sin micrófono en el Congreso y atado de pies y manos en los debates políticos de mayor interés para su público, como el de Palestina.
EL ALARMANTE EJEMPLO DE YOLANDA DÍAZ
Tras meses de amenazas desde Sumar a Podemos, incluyendo la posibilidad de cerrar el grifo de la financiación en el Congreso de los Diputados, Pablo Iglesias consumó su propia advertencia y rompió con Yolanda Díaz para pasar a los cinco escaños al Grupo Mixto. Por el momento, los ‘morados’ tranquilizan al PSOE al asegurar las votaciones en la legislatura, pero también habían firmado un acuerdo para mantenerse dentro de Sumar durante los próximos cuatro años y no se descarta que pudiera haber una ruptura más adelante, que obligaría a adelantar elecciones en caso de rechazar los Presupuestos.
Yolanda Díaz recordó en la sesión de investidura de Sánchez a grandes personalidades de la izquierda. En concreto, recordó a los líderes de Nueva Izquierda, la escisión que se separó de Izquierda Unida para evitar el ordeno y mando de Julio Anguita. Aquella formación, liderada por Nicolás Sartorius, Diego López Garrido y Cristina Almeida, acabó siendo parte del alma del PSOE en 2001 con una fuerte división interna.
La extinción del partido se produjo en los albores de la segunda etapa de José María Aznar al frente del Gobierno y poco antes de la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE.
YOLANDA DÍAZ UNIRÁ SU DESTINO CON EL DE ALMEIDA
Algunos de los integrantes de Nueva Izquierda mostraron sus críticas a la fusión por absorción, como aseguró la portavoz Lucía García. «El final de NI, que hoy se acaba», afirmó la entonces dirigente. Almeida culminó la defunción.
El ejemplo de Díaz pasó desapercibido hace tres semanas, pero está ahora más vivo que nunca tras la ruptura de los ‘morados’. Y es que, Iglesias rechaza convertirse en la Nueva Izquierda, como pretende ahora el PSOE, aunque el proceso será largo, Sumar ha pretendido hacerlo lo antes posible.
Y es que, Podemos no solo quiere su sitio, sino también poder tener la posibilidad de hacerse la foto con Sánchez sin que medie Yolanda Díaz. Los ‘morados’ ya no tienen ataduras y serán los protagonistas en el Grupo Mixto, donde se encuentran los diputados de BNG, CC y UPN, para poder presentar propuestas y enmiendas a los Presupuestos, sin tener que aceptar las ya implantadas por Díaz y el resto de partidos separatistas. Entre los aliados más cercanos a Montero e Iglesias se encuentran precisamente ERC y Bildu.
PODEMOS Y APARATO POLÍTICO DE PEDRO SÁNCHEZ
Gabriel Rufián dejó clara su postura en la sesión de investidura de Pedro Sánchez ante el veto a Montero. «Yo os aplaudo y ojalá podamos sumar juntos o juntas», afirmó el portavoz de ERC en la Cámara Baja, todo un guiño a Belarra y Montero, con quienes mantienen una buena relación. La pregunta es si alguna vez ERC y Podemos se entenderán para acudir bajo una misma bandera de cara a las elecciones.
ERC lo hace ya con Bildu, con un buen resultado en conjunto, pero malo para los republicanos catalanes si se miran los datos con detalle. En Cataluña, las relaciones entre ERC y la rama catalana de Podemos son buenas. ¿Por qué no intentarlo en Madrid, Valencia, Aragón e incluso en Andalucía?
PODEMOS, CON TODO EL PSOE DE PEDRO SÁNCHEZ
Podemos ahora no tiene ahora ataduras y compromisos tras el divorcio. Esta situación pone en guardia al PSOE en su estrategia de fagocitar a toda la izquierda y unirla bajo el puño y la rosa, un frente popular, esta vez unido, contra la derecha y con Yolanda Díaz colocada en un buen sillón para evitar rebeliones incómodas.
Para ello, Sánchez se ha rodeado de perfiles políticos de peso, repescando a descartados y exministros para la primera línea de batalla como Ximo Puig, José Luis Ábalos, Miguel Oliver y también Miquel Iceta.
Todos ellos conforman la segunda línea de ataque para ganar peso en el terreno político y poder difundir las tesis ‘podemitas’ desde sus propios micrófonos y altavoces. De todos ellos, Oliver será el encargado de mostrar el relato y el argumentario del PSOE en las piezas informativas de la agencia Efe. Ábalos, uno de los perfiles con mayor peso en la pasada legislatura, se sentará en la presidencia de la Comisión de Interior en el Congreso de los Diputados.
LAS ELECCIONES EUROPEAS, EL PUNTO DE INFLEXIÓN
Puig, por su parte, ostenta la presidencia de la Comisión de Presupuestos en el Senado. Es el premio de consolación tras ser descartado como ministro en esta legislatura, pero es un ascenso para el PSPV, que tendrá a sus dos pesos pesados en Las Cortes y con altavoz propio. Puig podrá vender las cuentas públicas para los valencianos, mientras Ábalos podrá cortar la acción de Sumar y Podemos en el Congreso.
Así las cosas, Pedro Sánchez tendrá que hacerse la foto con los cinco díscolos de Podemos, quienes saben que han perdido peso tras ser desalojados del Ejecutivo. Aun así, tendrán ahora los micrófonos del Congreso para poder plantear sus propias iniciativas, con la ventaja de conocer perfectamente al adversario. No será hasta las elecciones europeas de junio de 2024 cuando se conozca si Podemos aún tiene aguante para resistir una nueva embestida, hasta ahora, los ‘morados’. Este solo es el inicio del festín que se dará el PSOE de Pedro Sánchez para fagocitar a Sumar y convertir a Yolanda Díaz en un nuevo fichaje del ala progresista.